lunes, 30 de abril de 2012

Yo soy la puerta


Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán (Lc 13, 22-24).
Jesús, vaya pregunta más impertinente. Al que la hizo habría que darle el premio al indiscreto del año. Jesús, Tú has venido al mundo porque quieres que todos los hombres se salven (1 Tim 2,4), pero también cuentas con mi libertad: Muchos intentarán entrar y no podrán. Jesús, con tu ayuda yo quiero ser de esos que entran por la puerta estrecha. Y no entrar raspado si no entrar cargado de muchos frutos de apostolado.
u  Dile a Jesús que estás dispuesto a adelgazar para entrar por la puerta estrecha.
Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición y son muchos los que entran por ella (Mt 7,13-14).
También nos lo cuenta San Mateo: junto a la puerta estrecha hay otra ancha que lleva a la perdición. Jesús, la única puerta que merece la pena eres Tú: Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará (Jn 10,9). Ayúdame a ser coherente: a trabajar a conciencia, a ser servicial en mi familia, a querer bien a los amigos, a ser constante para rezar…
u  Sigue hablando por tu cuenta.
Propósito: adelgazar.