miércoles, 20 de agosto de 2014

Cuidar los estudios

Vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: –Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fue­ron. (Mt 19, 3-4).
Jesús, a mí también me gustaría trabajar en tu viña. No soy muy dies­tro con las herramientas de campo porque soy de ciudad. He crecido entre humo de buses y asfalto. Pero si me enseñas, de seguro que te seré de ayuda. Sé que quizá al escuchar estos deseos míos me digas, mi viña también es tu colegio, tu casa, tu cuarto. ¿Quieres trabajar conmigo?, este es tu encargo: haz tus deberes, cumple con tu encar­go, ordena tu cuarto. Jesús, y si hago todo eso, ¿me pagarás, como a los trabajadores de la parábola? Se me viene a la cabeza una par­tecita del Evangelio de ayer “cien veces más y heredar la vida eterna”
u  Si la viña del Señor fuera mi colegio, seguro que las uvas ten­drían que ser mis notas. Voy a trabajar bien esta viña.
Los últimos serán los primeros y los primeros los últimos (Mt 19, 16).
Un día se me ocurrió decirles eso a mis papás después de enseñarles una mala nota. Me habían dicho que como siguiera así, iba terminar de último en la clase. Jesús, bien se ve que tú muchas veces me ha­blas a través de mis papás. Me contestaron: por eso mismo, como los últimos serán los primeros, menos videojuegos y a estudiar.
u  Ser de los primeros aunque antes haya sido “último”.

Propósito: Estudiar. Así de sencillo, sin más teorías.