lunes, 11 de agosto de 2014

Tristeza

Cuando estaban en Galilea les dijo Jesús: El Hijo del Hombre debe ser entregado en manos de los hombres, que lo mata­rán, pero al tercer día resucitará. Y se pusieron muy tristes (Mt 17, 22-23).
Los apóstoles se ponen tristes porque no pueden entender que para salvarnos tienes, Jesús, que entregar tu vida. La tristeza es porque te quieren mucho. Pero hay otros tipos de tristezas, como la que viene después de un pecado grave. Jesús, yo no quiero perderte y andar metido en tristezas, quiero ser fuerte para amarte y apartarme de las ocasiones de pecado. Quiero estar alegre, con la alegría del que es fuerte al momento de luchar.
u  Cuéntale a Jesús tus tristezas. Te consolará.
Llegados a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los recaudado­res del tributo y le dijeron: ¿No va a pagar vuestro Maestro la didracma? (Mt 17, 24).
Jesús, aquellos cobradores no perdonan ni una. Te pasas el día ha­ciendo el bien: curando enfermos, expulsando demonios, enseñán­dole a la gente a que se comporte correctamente, etc. Y encima de todo al no más verte se te lanzan a cobrar los impuestos. Y lo sor­prendente es que pagas inmediatamente. Jesús, me parece que me dices con este pasaje que no busque ser excepción, que por muy bien que me esté portando, que cumpla con todas las obligaciones.
u  ¿En qué casos busco ser la excepción?

Propósito: Siempre alegre.