domingo, 12 de agosto de 2018

Obediencia


Inmediatamente después Jesús mandó a los discípulos que subieran a la barca y que se adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente (Mt 14, 22).
Jesús, hoy me he fijado en que los apóstoles son obedientes. Les mandas que se suban a la barca y que se adelanten. Y te hacen caso sin andar preguntando mucho. A mí me pasa que cuando me manda algo mi mamá le hago mil preguntas, no para hacer correctamente lo que me pide sino porque no tengo ganas de hacerlo y así gano algo de tiempo. Esto de aprender a obedecer cuesta. Pero pienso que si aprendo a ser obediente a mis papás, aprenderé a ser obediente a Ti.
Sigue hablando con Jesús de cómo obedeces.
Al punto Jesús, extendiendo su mano, lo sostuvo y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado? Y cuando subie­ron a la barca cesó el viento. (Mt 14, 31-32).
Al principio Pedro caminaba sobre el agua porque Tú se lo mandaste, pero luego se hundió. Y Tú, Jesús, le dices que se ha hundido porque no ha tenido fe. Me parece que nos quieres enseñar que para obedecer se necesita fe, para no terminar dudando de si es justo que me manden esto, o a sospechar que están abusando de mí con eso que mandan. Se necesita de la fe para darse cuenta que te gusta que sepamos obedecer, y obedecer con buena cara.
Pídele a Jesús que te aumente la Fe.
Propósito: Obedecer a la primera.