Si alguno viene a mí y no odia
a su padre y a su madre y a la esposa y a los hijos y a los hermanos, hasta su
propia vida, no puede ser mi discípulo (Lc 14, 25-26).
Jesús,
¡qué duras son estas palabras! ¡Qué difíciles de entender! Jesús, vamos a ver
si me aclaro: ¿No nos has pedido que amemos a nuestros enemigos y a los que
nos injurian? ¿No nos has pedido en el Mandamiento Nuevo que
queramos al prójimo como Tú les quieres? Entonces, ¿a qué viene eso de odiar a
los seres queridos? ¿Qué nos quieres decir? Jesús, Tú querías con locura a tu
Madre Santísima y a San José y nos has dado ejemplo de cuidar a la familia.
Querías un montón a los apóstoles, San Juan se llama el Discípulo amado. ¿Cómo
se entiende esto?
Jesús, aunque soy un poco lento, ten paciencia y
explícamelo todo.
Y bajó con ellos y vino a
Nazaret, y les estaba sujeto (Lc 13, 34).
Jesús,
esta frase de Evangelio nos resume cómo querías a tus papás. Sin embargo,
cuando te pierdes en el Templo, haciéndoles sufrir les recuerdas: ¿No
sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? (Lc 2,
49). Jesús, amando a tu Padre sobre todas las cosas, obedeciendo fielmente a
la misión que Dios te había confiado, has amado a tus papás más que a nadie en
la tierra. Que aprenda de tu vida a amar a mi familia con hechos, y a amar más
aún a Dios, cumpliendo siempre y en primer lugar su Voluntad.
¿Cuál es la voluntad de Dios para ti?
Propósito:
buscar la voluntad de Dios.