No es Dios de muertos, sino de
vivos; porque para Él todos están vivos (Lc 20, 38).
Mis
buenas amigas las Ánimas Benditas del Purgatorio están vivitas y coleando. Porque
para Él todos están vivos. Este mes tienen que estar bien contentas
porque llevo un montón de sufragios ofrecidos: Misas, Rosarios, Via Crucis...
Si cada día saco por lo menos 1 del Purgatorio y llevamos ya 22 días, si las
matemáticas no me fallan ya he rescatado ¡22 ánimas! No está nada mal para un
tipo negado como yo. Pero lo mejor es que van como cohetes directamente al
Cielo. Ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios (Lc 20, 36).
Y desde allá arriba recibiré alguna ayudita. Por lo menos eso espero.
¿No?
Piensa en los difuntos de tu familia que pueden necesitar
tus oraciones
Y no se atrevían a hacerle más
preguntas (Lc 20, 40).
De
pequeño era famoso por las preguntas tan impertinentes que hacía. Mi abuela se
reía mucho y decía que cuando creciera iba a ser detective. ¡Lo quería saber
todo!: - ¿Y por qué…? Bueno, Jesús, yo no soy como los atontados de tus
discípulos. Prepárate que te voy a fusilar a preguntas:— ¿Por qué me quieres
tanto? — ¿Por qué matan a los niños antes de nacer? — ¿Por qué hay guerras? —
¿Por qué no saco más almas del Purgatorio? — ¿Por qué no dejo de preguntarte?
Termina la oración haciendo preguntas impertinentes a
Jesús.
Propósito:
vaciar el Purgatorio.