domingo, 16 de noviembre de 2014

Como has sido fiel en lo poco

Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco” Su señor le dijo: «muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; Como has sido fiel en lo poco te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor» (Mt 25, 20-21).
Jesús, esto de los talentos me recuerda la película: Una historia del Bronx. El protagonista, es un chico como yo, despierto y listo (modestia aparte), llamado Callogero. Vive en un suburbio de Nueva York donde un tal Sony, un mafioso se da cuenta de su valía y quiere introducirle en el mundo de la delincuencia. Callógero finalmente decide no involucrarse. Entonces, Sony, decepcionado, comenta: lástima de talento desperdiciado. Jesús: ¡Tengo talento! Me lo dice todo el mundo: mi abuela, el entrena­dor, en clase. ¿En qué lo empleo? ¿Lo uso bien? ¿Lo desperdicio?
                ¿Me lamento de dedicar tiempo a Dios? Mi talento, ¿es solo para mi?
Andrés, el hermano de Simón Pedro dijo: Hay aquí un mu­chacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué esto para tantos? (Jn 6, 8-10).
Era todo lo que tenía aquel muchacho: Cinco panes y dos peces. Gracias a su generosidad hiciste aquel gran milagro de la multiplicación. Jesús, me has dado más de cinco talentos, un montón de talentos: sim­patía, tranquilidad, toque… Que los ponga a tu servicio y Tú los multipli­carás. ¡Aquí hay negocio!
                Dile a Jesús que pones todo “tu talento” en sus manos.

Propósito: Ver la pelí, esa.