sábado, 30 de junio de 2012

Alegadores


En ese momento se pusieron a gritar diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí antes de tiempo para atormentarnos? (Mt 8, 29).
Jesús, Tú has venido a salvarnos del pecado. Como tienes todo el poder contra el mal y tu sola presencia hace que el demonio se ponga nervioso. Jesús, yo me avergüenzo porque a veces también me incomodo con tu presencia, sobre todo cuando exiges más de mí. A veces me enojo cuando me topo con un pasaje del Evangelio más exigente; o cuando mi conciencia me pide que deje de ser perezoso y haga mis tareas…, que apague el televisor o la compu y me vaya a dormir. Perdón Jesús, porque entonces me pongo a alegar, a quejarme, como los demonios.
·         Piensa cuándo dejas las cosas para después y cómo evitarlo.
Los demonios le rogaban diciendo: Si nos expulsas, envía nos a la piara de cerdos (Mt 8, 31).
Los demonios hablan con Jesús para ponerle condiciones, porque no lo aman –lo odian– y se niegan a hacer su voluntad. Jesús ¿alguna vez te pongo condiciones? ¿Te digo: “voy a misa martes y jueves” si no hay partido? ¿O bien, en casa, si no hay cable, entonces lo mismo ayudo a mi hermano o hago la oración? Perdóname, ya no más. Desde ahora quiero hacer el propósito de hacer lo que me pidas, sólo porque me lo pides Tú.
·         Atrévete a decirle muchas veces: Tuyo soy, para ti nací, ¿qué quieres Señor de mí?
Propósito: Exorcizarme de andar alegándole a Dios.