Tanto amó Dios al
mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no
perezca sino que tenga vida eterna (Jn 3, 14).
Hoy celebramos que Dios es una
familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hoy repetiré saboreando esta oración a
la Santísima Trinidad: Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios
Espíritu Santo; creo en la santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero. Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en
Dios Espíritu Santo; espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
·
Intenta
decirle algo a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad.
Pues Dios no envió a
su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él
(Jn 3, 17).
La oración de arriba termina de esta
manera: Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a
la santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo
a María santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí
mismo.
·
Atrévete
a decirle a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad que crees en Él,
esperas y le amas.
Propósito: Creer,
esperar y amar.