Y tomando Jesús la
palabra, decía enseñando en el templo: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo
es el hijo de David? (Mc 12, 35).
Primero fueron los
príncipes de los sacerdotes, y después los escribas, y los ancianos, y los
fariseos, y los herodianos, y los saduceos. Sólo faltaron los periodistas. Cada
uno ha venido ante ti con sus preguntitas, a ver si consiguen dejarte mal
parado, y para todos has tenido una respuesta para sacar 100. Ahora vienes tú y
les haces una pregunta que ellos no pueden responder. Y vaya si es una pregunta
difícil, o al menos te digo que yo ni siquiera la entiendo. Ya se lo preguntaré
al profesor de reli. Pero mientras tanto aprendo de ti a no quedarme callado y
a buscar buenas respuestas cuando alguien te ataque a ti, o al Papa, o a la
Iglesia…
·
Dile
al Señor que quieres saber de Él y contarle lo que sabes de los
demás.
Dijo el Señor a mi
Señor: siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies (Mc
12, 36).
Jesús: todos tus
enemigos están ya bajo tus pies, con tu gracia yo también saldré victorioso.
Los que te mandaron crucificar ya murieron, el imperio romano también, y los
nazis y tantos que te atacaron a ti y a tu Iglesia. También hay enemigos de tu
Reino en mi alma, pero sé que tengo buenos aliados para vencer y levantarme: la
Virgen y mi Ángel de la Guarda.
·
¿Quiénes
son mis enemigos? ¿Busco aliados para vencer?
Propósito: Aplastar a
mis enemigos: el demonio, la pereza, el egoísmo.