Habéis oído que se dijo: Amarás a tu
prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y
rezad por los que os persigan (Mt 5, 43-44).
En una ocasión, Jesús,
me explicaron que San Josemaría decía que cada uno debía ser un signo más. Al
principio no lo entendía bien pero me parece que lo voy comprendiendo. Donde
quiera que esté he de intentar ser alguien positivo, que una a la gente, que
aporte como un signo +. Pero para ser ese signo + y no signo – o de ÷ tengo que
aprender a rezar por todos y no guardar ningún rencor contra nadie. Me pasa que
sólo rezo por mis cosas y cositas, y pocas veces rezo por los demás: por el
trabajo de mi papá, por la alegría de mi mamá, por el examen de mi hermano,
para que se decida a confesarse aquel amigo…
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Habla
con Jesús sobre si eres +, o bien –, o peor ÷.
Porque si amáis a los
que os aman, ¿qué mérito tenéis? ¿Acaso no hacen eso también los publicanos? Y
si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen
eso también los paganos? (Mt 5, 46-47).
Pues más claro no lo
puedes decir, Jesús. Yo no quiero ser el causante de peleas en la casa, ni de
división entre mis amigos. Me decido a ser signo + y entonces servir a todos
sin hacer excepciones (a éste sí, a éste no). Yo quiero ser un buen hijo de
Dios.
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Concreta
algunas formas de servir en casa, a los amigos, etc.
Propósito: Siempre ser
signo +.