sábado, 2 de junio de 2012

Sólo si los quieres, te creen


Mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante au­toridad? (Mc 11,27).
Aquella religiosa había dedicado toda su larga vida a la docencia en distintos colegios, con fama de buenísima profesora. Llevaba ya unos años jubilada cuando inesperadamente sufrió un derrame cerebral. El sacerdote que le administró la Unción de Enfermos quiso saber el secreto de su éxito: ¿Por qué siempre te han querido tanto tus alumnas? (era una realidad patente). Respuesta: Porque yo las quiero mucho. ¿Y con las más rebeldes? (su especialidad eran las adolescentes alocadas). Respuesta: A esas las quiero mucho más. Es la autoridad que da el Amor, porque, no podemos olvidar: Solo el Amor es digno de Fe.
·         Antes que dar “sermones” a tus compañeros, quiéreles; y entonces te escucharán y cambiarán.
Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo (Mc 1, 27).
Jesús, Tú enseñabas con la autoridad del que sabe amar. Puede más el cariño que dos horas de pelea, porque —como decía San Juan de la Cruz— donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.
·         Pregunta a Jesús: ¿Dónde tengo que poner más amor? Y terminas.
Propósito: Hablar con la autoridad del amor.