Yo os digo la verdad:
os conviene que me vaya, pues si no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros.
En cambio, si yo me voy os lo enviaré (Jn 16, 7).
Jesús, ¡qué difícil es entenderte! ¡te extrañamos mucho! ¿Por qué
no te quedaste? Como a tus discípulos me gustaría tanto sentir tu mirada de
cariño, oír mi nombre en tu voz, reconocer tu risa y tus pasos. ¿Por qué no te
has quedado? Os conviene que me vaya, pues si no me voy,
el Paráclito no vendrá a vosotros”. Jesús mío, siempre haces lo
que más nos conviene. Cada día seré más amigo del Espíritu Santo que me hablará
de Ti y del Padre.
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¿Conozco al Espíritu
Santo? Es el Gran Desconocido. Dile a Jesús que te lo presente.
Con San Josemaría reza al Espíritu Santo de esta manera: Ven,
oh Espíritu Santo! Ilumina mi entendimiento para conocer tus mandatos;
fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo; inflama mi voluntad… He
oído tu voz, y, no quiero endurecerme y resistir diciendo: Después..., mañana.
Nunc coepi! ¡Ahora! No vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad
y de sabiduría. Espíritu de entendimiento y de consejo. Espíritu de gozo y de
paz! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero
cuando quieras.
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Ofrécele a la Virgen
que es esposa del Espíritu Santo aprenderte de memoria la oración al espíritu
Santo. No seas perezoso.
Propósito: memorizar la oración.