Cuando venga el
Paráclito que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que
procede del Padre, El dará testimonio de mí (Jn 15, 26).
Madre mía, estás llena del Espíritu Santo y ¡tanto tienes! que
quieres rellenarnos también un poco a nosotros. Pienso en todos aquellos que
reciben el sacramento de la Confirmación. Había un muchacho que se preguntaba: Y
un burro como yo, ¿cambiará por recibir la Confirmación? ¿me servirá
para algo? Y la respuesta la da Jesús: el Espíritu
de la verdad (…) dará testimonio de mí. Como el pan
y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, así, un burro como
yo, se transformará en Templo del Espíritu Santo.
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Sigue pidiendo por
todos aquellos que van a recibir en este Año de la Fe el sacramento de la
Confirmación.
Porque desde el
principio estáis conmigo (Jn 15, 27).
Y el divino Huésped, el Espíritu Santo no vendrá de visita. Se
encargará de decorar y hermosear el alma con valiosos regalos y dones:
Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, temor de Dios. Y
el Espíritu Santo le hablará del Amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre, y
fortalecerá a esa alma para que sea soldado de Cristo.
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Anímate a concretar
algunas flores de oraciones (jaculatorias) por todos los que recibirán el
sacramento de la Confirmación.
Propósito: flores de oraciones a la Virgen.