viernes, 31 de mayo de 2013

Viernes Visitación de Nuestra Señora


Por aquellos días, María se levantó, y marchó deprisa a la montaña, a una ciudad de Judá (Lc 1, 39).
María, ¿estás contenta? Yo, un montón. Muchas gracias, Madre mía, por tantas cosas buenas. Durante todo este mes de mayo me has llevado de tu mano. He hecho Romerías, he rezado Rosarios, he saludado con cariño tus imágenes... Te he llevado flores. Ahora, después de todos estos días contigo soy más amigo de tu Hijo. Pero te quiero pedir que siga viviendo así siempre: como un buen hijo tuyo.
·        Agradece a la Virgen lo que has recibido en el mes de Mayo.
Y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó de gozo en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo (Lc 1, 40-41).
Madre mía, hoy me enseñas el espíritu de servicio. ¿Qué es lo que haces cuando te enteras que vas a ser la Madre de Dios?... Te vas corriendo a ayudar a tu prima Isabel. Y eso que vivía bastante lejos. Yo, Virgen Santa, hago el propósito de no hacerme el rogado. Voy a poner la mesa sin que me lo digan, y lavar los trastos, y ayudar con las tareas a mis hermanos, y ordenar el cuarto, y cambiar el agua a la tortuga y, después… como San Juan Bautista non-nato saltar de gozo.
·        Sigue hablando con María sobre en qué otros detalles puedes ser un servidor.
Propósito: Flores de servicio para María.