Tanto amó Dios al
mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no
perezca, sino que tenga vida eterna (Jn 3, 16).
Hoy celebramos que Dios es una familia: Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Hoy repetiré saboreando esta oración a la Santísima Trinidad: Creo en
Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la
santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo;
espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero.
·
Intenta decirle algo a
cada una de las Personas de la Santísima Trinidad.
Pues Dios no envió a
su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él
(Jn 3, 17).
La oración de arriba termina de esta manera: Amo a Dios Padre; amo
a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la Santísima Trinidad; amo a mi
Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo a María santísima, Madre de Dios
y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí mismo.
·
Atrévete a decirle a
cada una de las Personas de la Santísima Trinidad que crees en Él, esperas y le
amas.
Propósito: Creer, esperar y amar