sábado, 10 de enero de 2015

Que Él crezca y yo disminuya

Respondió Juan (Bautista…): Es necesario que él crezca y que yo disminuya (Jn 3, 30)
A veces, Jesús, pretendo que se me reconozca el mérito: –¡Qué patojo más chispudo! ¡Pero qué bien lo haces todo! Y se me viene la soberbia cuando tengo un 99 en Mates. Pero entonces, Jesús, como el Bautista diré: Es necesario que Él crezca y que yo disminuya. Jesús, todas las medallas para Ti, porque: siervos inútiles somos, lo que teníamos que hacer lo hici­mos, cuando me esfuerzo, cuando me porto bien, no hago otra cosa que desarrollar lo que Tú me has dado, con las gracias que Tú me das.
► Jesús, que ponga a mis amigos delante de Ti y yo me quite de en medio.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él (Jn 3, 28)
Jesús, sé que con mis buenas obras tengo que llevar gente a ti, mostrar a mis amigos cómo Tú quieres que trabajemos, que nos ayudemos, y hasta que juguemos al baloncesto sabiendo ganar… y perder. A veces, alguno daba las gracias a San Josemaría, él decía entonces, con humildad, que era el sobre y que lo importante era la carta, el contenido, lo que Dios dice a cada alma a través de otros. Una vez abierto el sobre se lee la carta y el sobre se tira al basurero. Jesús, pues yo soy el “sobre que sobra”.
► Dale gracias a Jesús por ser sobre. ¿Yo? Sobro.

Propósito: No ponerme medallas.