Respondió Juan (Bautista…): Es necesario que él crezca y que yo disminuya (Jn 3, 30)
A veces, Jesús, pretendo que se me reconozca el mérito: –¡Qué patojo más chispudo! ¡Pero qué bien lo haces todo! Y se me viene la soberbia cuando tengo un 99 en Mates. Pero entonces, Jesús, como el Bautista diré: Es necesario que Él crezca y que yo disminuya. Jesús, todas las medallas para Ti, porque: siervos inútiles somos, lo que teníamos que hacer lo hicimos, cuando me esfuerzo, cuando me porto bien, no hago otra cosa que desarrollar lo que Tú me has dado, con las gracias que Tú me das.
► Jesús, que ponga a mis amigos delante de Ti y yo me quite de en medio.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él (Jn 3, 28)
Jesús, sé que con mis buenas obras tengo que llevar gente a ti, mostrar a mis amigos cómo Tú quieres que trabajemos, que nos ayudemos, y hasta que juguemos al baloncesto sabiendo ganar… y perder. A veces, alguno daba las gracias a San Josemaría, él decía entonces, con humildad, que era el sobre y que lo importante era la carta, el contenido, lo que Dios dice a cada alma a través de otros. Una vez abierto el sobre se lee la carta y el sobre se tira al basurero. Jesús, pues yo soy el “sobre que sobra”.
► Dale gracias a Jesús por ser sobre. ¿Yo? Sobro.
Propósito: No ponerme medallas.