sábado, 24 de enero de 2015

“Todo se les podrá perdonar a los hombres”

Todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan (Mc 3, 28).
Un matrimonio asistía a una audiencia con Juan Pablo II en Roma. Cuando el Papa pasó delante de ellos, la mujer le dijo en voz alta: –Santo Padre, dígale algo a mi marido, que hace diez años que está alejado de Dios. Juan Pablo II continuó unos pasos más, pero se detuvo un momento, y se volvió atrás, puso la mano sobre el hombro de aquel señor y le dijo con voz baja y profundo: –¡Qué mal se está lejos de Dios! Aquel hombre quedó tan impresionado que ese mismo día se confesó y volvió a la práctica cristiana.
Habla con Jesús y dale gracias por el Sacramento de la alegría.
Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor (Lc 7, 48).
Decía San Josemaría: Un Dios creador es admirable; un Dios que viene hasta la Cruz para redimirnos, es una maravilla; ¡pero un Dios que perdona, un Dios que nos purifica, que nos limpia, es algo espléndido! Jesús cada confesión es un encuentro contigo en el que me perdonas y me abrazas. Borras la caricatura en la que me he convertido por mi culpa y creas de nuevo tu imagen en mi alma. A veces me tardo en ir a pedirte perdón, porque tengo más temor, que amor: ¡Que no se me olvide lo de S. Juan: Dios es Amor (1Jn 4, 8), que si me arrepiento me perdona y me abraza, eso lo saben hasta los de Costa de Marfil.
Dile a Jesús que irás a confesarte, no una, sino 70 veces 7.

Propósito: Cuidar mi imagen y borrar la caricatura 70 veces 7 ó +.