jueves, 14 de febrero de 2019

Santos Cirilo y Metodio. La mies es mucha


Los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir (Lc 10,1).
Jesús, de dos en dos pero sin empujar, ¡que hay gente para todos...! No sé qué me pasa pero hoy se me está abriendo un hambre apostó­lica… Me dices que para hacer apostolado, para acercar a alguien a Dios, en primer lugar hace falta oración. Por eso hoy mi lema apostó­lico es de dos en dos pero con el tresmásdos. Quiero tener aventuras apostólicas, como las de aquellos dos amigos tuyos con nombres tan curiosos: Cirilo y Metodio, Patronos de Europa. No lo tuvieron fá­cil. Fueron grandes evangelizadores en una época muy complica­da, mucho más complicada que la nuestra. Eran tan sólo dos pero convirtieron a naciones enteras que desde entonces son cristianas. Llevaron a Cristo.
No me llamo ni Cirilo ni tampoco Metodio, pero “envíame”, quiero ser apóstol.
La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies (Lc 10,2).
Quizá naciones enteras no, pero sí puedo evangelizar, llevar a Cristo a los de mi clase, a mi colegio, a mi familia, a mis amigos. Eres, entre los tuyos —alma de apóstol—, la piedra caída en el lago. —Produce, con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo... y éste, otro... y otro, y otro... Cada vez más ancho. ¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión? (Camino 831). Yo seré, con tu gracia, esa piedra que removerá las aguas.
Dile a Jesús, que te encanta hacer olas.
Propósito: hacer olas, es decir apostolado.