martes, 31 de marzo de 2020

Jesús, que cuando me vean, Te vean


¿Tú quién eres? (…) Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy (Jn 8, 25-28).
Jesús, levantado, colgado, significa crucificado. Jesús, les estás di­ciendo que sólo en y desde la Cruz pueden entender quién eres. Y es que no se te puede separar de la Cruz. Preguntaron a un conocido pintor: —¿Mi cuadro favorito? No tengo. A mí me gusta Velázquez (…). Cuando pienso en Velázquez, nunca pienso en un cuadro, sino en una persona a la que quiero mucho. Recuerdo un día que estaba mirando (su Cristo en la Cruz) y de repente sentí que ese hombre me estaba viendo, me estaba escuchando… No está muerto, un muerto flexiona las rodillas. Ese hombre está con la cabeza baja y sabe que estamos aquí (...). Cuando una persona te gusta de un modo tan pro­fundo y cuentas con él para tantas cosas, y dialogas con él, es una referencia en tu vida.
¿Sabe Jesús qué estás con Él?
El que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo que le agrada (Jn 8, 29).
Y sigue diciendo el mismo pintor: El misterio de este Cristo, algo tiene que ver con lo espiritual, con la profundidad y la bondad. En el cris­tianismo se han hecho pocas imágenes como esta, tan liberadoras de toda violencia, de toda amenaza al espectador. Pero tampoco te mueve a sentir pena por el personaje. Realmente desvela lo espiritual con una profundidad como muy pocas veces se ha hecho. Es un Cristo limpio de sangre….
Cristo en la Cruz lo atrae todo hacia sí: miradas, sueños, vidas.
Buscar una imagen del Cristo de Velázquez y mirarla.