lunes, 3 de mayo de 2021
Soy Templo de Dios
domingo, 2 de mayo de 2021
¡Saltad, gritad, vitoread!
sábado, 1 de mayo de 2021
San José Artesano. ¿De dónde saca todo esto?
¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos poderes? ¿No es éste el hijo del artesano? ¿No se llama su madre María? (Mt 13, 54-55).
martes, 13 de abril de 2021
Reina del Cielo, ruega por nosotros
Si
os he hablado de cosas terrenas y no creéis, ¿cómo ibais a creer si os hablara
de cosas celestiales? (Jn 3, 12).
Háblame,
Jesús, del Cielo. Muéstrame, Señor, el lugar que me has preparado. ¿Cómo es?,
¿qué haremos?, ¿dónde está?, ¿será divertido?, ¿se juega al fútbol?, Perdona
mis preguntas tan tontas. Pero ya ves, Señor, así somos los humanos. San
Josemaría nos dice: Si el Amor, aún el amor humano, da tantos consuelos aquí,
¿qué será el Amor en el Cielo? (Camino 428).
Imagínate
el Cielo y pásmate con la belleza de la Reina del Cielo: María.
Pues
nadie ha subido al Cielo, sino el que bajó del Cielo, el Hijo del Hombre (Jn 3,
13).
Jesús,
Tú has bajado del Cielo. Ahí está tu Padre y tanta gente. ¿Cómo es el Cielo? El
Cielo es siempre nuevo, siempre distinto, sin cansancio y sin empalago. Es toda
la luz y el color, es la música y la dulzura, es alegría que nadie me puede
quitar. El cielo es AMOR. Un amor que no se oxida, un amor limpio que fascina,
embellece, que es siempre como la primera vez. Y sobre todo, en el Cielo estaré
contigo, Jesús de mi alma, para siempre. Allí, junto a María la Reina, toda
hermosura… en el Cielo, junto a los Ángeles, junto a millones de almas buenas,
eternamente felices… para siempre, para siempre.
Dile
a Jesús que, con su ayuda, quieres ir al Cielo y terminas.
Propósito: ir al
cielo, pero sin escalas (Purgatorio).
lunes, 12 de abril de 2021
Me esperaba quien yo sabía, en donde nadie parecía
“Había
un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche” (Jn
3, 1).
Jesús,
a Nicodemo le gustaba la noche, como a mí que soy bastan-te noctámbulo y
bastante Nicodemo… Me encanta la magia de la noche dónde todo es posible. Y
cuando a otros les da por irse de parranda, (virrée) yo, a veces voy a verte de
noche, a la Adoración Perpetua, como Nicodemo, y te adoro. ¡Desvelándome contigo
arreglando el mundo…! Nadie te interrumpe, el silencio es más profundo, me
hablas más cerca del corazón. Hay que hacer horas extras, me dices: por los que
no rezan, por los que no creen, por los que no te conocen.
Dile
que no piensas perder oportunidad de hacer Vela nocturna.
“El
viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a
dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu” (Jn 3, 8).
San
Juan de la Cruz es otro Nicodemo y nos cuenta sus parrandas En una noche
os¬cura, / con ansias, en amores inflamada, / ¡Oh dichosa ventura! / salí sin
ser notada, / estando ya mi casa sosegada. // En la noche dichosa / en secreto
que nadie veía / ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, / sino la que en el
corazón ardía. // Esta me guiaba / más cierto que la luz del mediodía, / donde
me esperaba / quien yo bien me sabía, / en parte donde nadie parecía.
Sácale
juguillo a la poesía de San Juan. Dice mucho….
Propósito: ser
Nicodemo, y apuntarme a la próxima Vela.
domingo, 11 de abril de 2021
Domingo de la Divina Misericordia. Señor mío y Dios mío
Tomás,
uno de los Doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús (Jn 20,
19).
Jesús,
¿y dónde estaba Tomás? Siempre me ha parecido un misterio: ¿Qué estaría
haciendo? ¿Dónde se habría metido? Está claro que, en ese momento, su sitio era
estar con la Virgen Santísima y los apóstoles. Ese día se despistó, hizo su
plan: yo, a lo mío… Jesús, yo como Tomás, tantas veces a lo mío, a mis planes,
a mis gustos, a mi TV, a mi egoísmo. Jesús, rompe mi egoísmo. Que esté con los
demás. Que me sienta miembro de tu familia la Iglesia y hermano de todos los
hombres. Dame un corazón grande como el tuyo.
Concreta
cómo romper tu egoísmo… decídete a meterte en una catequesis, hacer visitas a
pobres, ayudar más en tu casa, etc.
(…)
no estaba con ellos cuando vino Jesús (Jn 20, 19).
Tomás
volvió triste, melancólico y desesperanzado. ¡Hemos visto al Señor! (Jn 20,
25). No se lo podía creer, no lo quería creer. Si no veo la señal de los
clavos…, y si no meto mi dedo en esa señal…, y mi mano en su costado, no creeré
(Jn 20, 25). ¡Qué bruto eres Tomás! Es el egoísmo y la desconfianza lo que nos
impide ver a Jesús, lo que nos lleva a criticar y a ver intenciones torcidas. A
los ocho días (…) se presentó en medio (Jn 20, 26). Tomás, el incrédulo, por
fin vuelve con los suyos. Son las heridas de Cristo lo que le convence: ¡Señor
mío y Dios mío! Y yo, ¿ya he vuelto? Me espera Jesús para que sea foco
encendido y dé mucha luz a los demás.
Repite
muchas veces: ¡Señor mío y Dios mío!
Propósito: pedirle
que me aumente la FE.
sábado, 10 de abril de 2021
Alégrate Reina del Cielo
Habiendo
resucitado, al amanecer del primer día de la semana, se apareció, en primer
lugar, a María Magdalena (Mc 16, 9).
Lo
siento Marcos, pero nos has confundido. ¡Aquí falta algo!.. Por no decirnos lo
evidente: que Jesús se apareció en primer lugar a su Santísima Madre, nos has
dejado confundidos. ¡No iba a ser de otra manera!: María, la Madre de Jesús,
esperaba el amanecer del domingo con fe, esperanza y amor. ¡Madre!, le dijo
Jesús, ten fe porque al tercer día volveré, al tercer día resucitaré. María lo
sabe y pasa toda la noche en oración.
Hoy,
acompaña también a la Virgen. Dile lo mucho que tú también quieres a Jesús.
Habiendo
resucitado, al amanecer del primer día de la semana (Mc 16, 9)
La
luna ya se ha ocultado. Un rayo de luz penetra en la habitación. Nace el nuevo
sol con más alegría que nunca: ¡Es el Domingo de Resurrección, el Día del
Señor! María está despierta, en espera. Con las primeras luces, una voz
inconfundible: —¡Madre!, —¡Hijo mío!, Jesús mío. María cae de rodillas y Jesús
la levanta y la abraza. Los Ángeles, que contemplan emocionados la escena, no
pueden contenerse ya más y cantan a pleno pulmón: Alégrate, Reina del Cielo,
aleluya / Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya / Ha resucitado,
según predijo; aleluya / Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya / Porque ha
resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Sigue
saboreando el Regina Coeli como si fuera un caramelo.
Propósito: rezar el
Regina Coeli.
Regina
Coeli
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya,
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya,
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya,
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
V. Oración: Oh Dios, que por la resurrección de tu
Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo,
concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida
eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.
R. Amén.
viernes, 9 de abril de 2021
El amor no es ciego, dilata las pupilas
Les
dijo Jesús: Muchachos, ¿tenéis algo de comer? Le contestaron: No. (…) Cuando
descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas, un pez puesto encima y
pan. (…) Jesús les dijo: Venid y comed (Jn 21, 5.9).
Jesús,
lo tuyo sí que es espíritu de servicio. Sabías que a Pedro y a Juan les volvían
locos las barbacoas de pescado. No te lo dijeron, sino que Tú, con ojos de
madre, enseguida te diste cuenta: Cuando la Virgen y las otras santas mujeres
les preparaban el almuerzo —pez asado—, veías brillar los ojillos de tus
Apóstoles. Conocías sus gustos, sus platos preferidos y quisiste darles una
sorpresa. Jesús, que yo también tenga ojos y corazón de madre para con los
demás, que sepa adelantarme en los detalles de servicio.
¿Conozco
los gustos de los demás?
Aquel
discípulo a quien amaba Jesús dijo a Pedro: ¡Es el Señor!
Jesús,
Juan tenía una vista de lince. La barca estaba bastante lejos, pero bien que te
reconoció. Dicen que el amor es ciego, pero resulta que es al contrario: El
amor dilata las pupilas. Pero hay algo que no me parece bien: Jesús, ¡vaya
caradura la de San Juan! ¿¡Cómo si yo no te amara, tanto o más…!? Que San Juan
me perdone, pero eso de aplicarse con exclusividad el título: el discípulo
amado no me parece bien. Y en el fondo de mi corazón oigo que me dices: obras
son amores y no buenas razones.
Compite
con San Juan en el amor a Jesús. A ver quién gana.
Propósito: ganar a
San Juan.
jueves, 8 de abril de 2021
Jesús, que no te tenga miedo
Jesús
se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Se quedaron aterrados y llenos de
miedo, creían ver un espíritu. (…) Mirad mis manos y mis pies: Soy yo mismo.
Palpadme y comprended (Lc 24, 36.39).
Jesús,
tus apóstoles eran unos miedosos: Se quedaron aterrados y llenos de miedo. ¡Te
confundían con un fantasma, y eras Tú! Seguro que les querías dar un buen susto
y te morías de risa viéndoles así todos espantados. Jesús, tengo que reconocer
que, a veces, también me pasa lo mismo: En la oración te tengo delante, te miro
con cariño, te hablo y… ¡me das miedo! Pienso que me vas a pedir demasiado, que
me vas a complicar la vida. Jesús, si me ves con cara de susto, ríete un poco
de mí. Fíjate que hasta para confesarme me da un poco de miedo.
Atrévete
a decirle a Jesús que te enseñe sus llagas. Comprobarás lo mucho que te quiere.
Como
no acabasen de creer por la alegría y estuvieran llenos de admiración, les
dijo: ¿Tenéis aquí algo que comer? Entonces ellos le ofrecieron parte de un pez
asado. Y tomándolo comió delante de ellos (Lc 24, 41-43).
Jesús,
lo que no termino de entender es que, queriéndote tanto, tus discípulos te
dieron para comer pescado... ¡Qué horror! Tengo que reconocer que a mí el
pescado no me gusta mucho. Ya ves, estoy lleno de tonterías. Jesús, ayúdame a
detectar y superar tantos remilgos y caprichos. Y sobre todo a no tener miedo a
que me pidas lo que sea.
Para
no ser miedoso y ganar en fortaleza y generosidad, haz una pequeña lista de
caprichos que te vas a quitar.
Propósito: repetir
pescado y no ser tan miedoso.
miércoles, 7 de abril de 2021
Jesús, quédate conmigo
Quédate
con nosotros, Señor, porque atardece y el día va de caída.
Fue
en Madrid, en la Universidad Autónoma. Juan Pablo II fue recibido por las
autoridades académicas. Fuera, estábamos los entusiasmados, gritones y
bulliciosos estudiantes. Fue asomarse al balcón del rectorado y estalló en
todas las gargantas: ¡Quédate con nosotros! ¡Quédate con nosotros! Y el Papa se
quedó con nosotros, tan a gusto, a rezar el Ángelus. Jesús Quédate con
nosotros, te suplicaron, y Tú aceptaste. Cuando los discípulos de Emaús te
pidieron que te quedaras «con» ellos, Tú, Jesús les contestaste con un don
mucho mayor. Mediante el sacramento de la Eucaristía encontraste el modo de
quedarse «en» ellos recibir la Eucaristía es entrar en profunda comunión con
Jesús. Permaneced en mí, y yo en vosotros (Jn 15,4). (cfr. JP II Mane Nobiscum)
Agradece
a Jesús que se haya querido quedar.
¿No
es verdad que ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba
por el camino y nos explicaba las Escrituras? (Lc 24,35).
Una
vez que las mentes están iluminadas y los corazones enfervorizados, los signos
«hablan». El divino Caminante sigue haciéndose nuestro compañero. Cristo
cumple a la perfección su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el
fin del mundo (cf. Mt 28,20).
Cuando
Jesús se haga el encontradizo reconocerle y no dejarle nunca más.
Propósito: Quedarme
con Jesús.
Jesús, hágase tu Voluntad, no la mía
Se
volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dijo
Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el
hortelano, le dijo: Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y
yo lo recogeré (Jn 20, 14-15).
Jesús,
pobre Magdalena, estaba trastornada de tanto llorar. Necesitada y sedienta de
su Jesús. No podía vivir separada de Ti. Jesús, que yo sea fuerte y valiente,
pero sobre todo que te ame como la Magdalena. Que aprenda a correr a buscarte
si por desgracia caigo en un pecado mortal. Que sienta la necesidad de pedirte
perdón, la necesidad de comerte en la Eucaristía. Que seas realmente mi Jesús.
Sigue
diciéndole a Jesús que lo quieres mucho y no lo quieres perder nunca.
Jesús
le dijo: ¡María! Ella, volviéndose, exclamó en hebreo: ¡Rabbuni! que quiere
decir Maestro (Jn 20, 16).
¡Lloras
más que una Magdalena! Me lo dicen mis papás a veces para hacerme enojar.
Jesús, no es que yo sea ni llorica ni llorón, pero es que a veces bien merece
la pena llorar. Sobre todo sabiendo que eres Tú el que me vas a consolar:
Bienaventurados los que lloran porque serán consolados... Tanto lloró la
Magdalena que se encontró con el mejor consuelo, con Jesús.
Llama
a Jesús: Rabbuni, Magister, Teacher, Professore… y pídele unas lecciones
particulares (un tutorial) sobre el apostolado.
Propósito: aprender
de la Magdalena.
lunes, 5 de abril de 2021
Padre no como yo quiera sino como Tú
La
suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la
tomó de la mano y la levantó. Al anochecer, cuando se puso el Sol, le llevaron
todos los enfermos (Mc 1, 29-31).
Jesús
mío, es que no te dejaban tranquilo ni a sol ni a sombra, ni siquiera al
anochecer; te pasaste toda la noche atendiendo enfermos. San Pedro seguro que
refunfuñaba y con su vozarrón de pescador gritaba desde la puerta: ¡Qué esto no
es un hospital! ¡Pero por favor, dejen descansar al Maestro! Y desde fuera la
gente le contestaba: ¡Claro! ¡Como ya te ha curado a tu suegra…! ¿Y quién me
cura a mi hijo? ¿O a la tía? Y quizá incluso alguno también llevaba un perrito
o un pajarito con el ala rota. Y Pedro, todo avergonzado, no supo qué decir. La
mirada sonriente de Jesús le sirvió de respuesta.
¿A
quién puedes llevar para que lo cure?
Se
levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar (Mc 1, 35).
Jesús,
¿pero de qué hablabas tan temprano con tu Padre? —De qué iba a ser sino de
aquella niña enferma: Padre, te doy gracias por haberme escuchado (Jn 11, 42).
O de aquel otro que no pudo salvar: Padre, no como yo quiero, sino como Tú (Mt
26, 39). Y también de ti y de mí… ¿De qué iba a hablar si no era de nosotros?
Jesús,
que de mí solo puedas contar cosas buenas.
Propósito: dar de
qué hablar a Jesús.
domingo, 4 de abril de 2021
¡Resucitó, aleluya, aleluya!
Pasado
el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para
ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir
el sol, fueron al sepulcro (Mc 16, 1-2)
Jesús,
cómo te querían las santas mujeres, incluso muerto. Tienen un amor, ¿¡como el
mío!? que va más allá de la muerte, un amor que vence a la muerte y al pecado:
Muerte, ¿dónde está tu victoria? Porque Jesús ¡ha resucitado! Jesús, yo también
quiero llevarte el aroma perfumado de mi vida cristiana. Porque el que trata
con pescado, huele a pescado; el que trata con pintura huele a pintura; y el
que trata con perfumes huele a perfumes… Yo te llevo, Jesús, el perfume de mi
vida limpia, porque te quiero tanto o más que la Magdalena.
Habla
con Jesús de tus perfumes preferidos… Tú, ¿qué le llevas?
¿Quién
nos moverá la piedra de la entrada del sepulcro? Al mirar, vieron que la piedra
estaba corrida (Mc 16, 3-4).
¡Qué
mujeres! No hay quien las pare: ni lo temprano de la hora, ni la pesada piedra,
ni la repulsión de tocar un cadáver, ni los soldados romanos, nada... Y es que,
cuando una mujer cristiana se empeña en algo… Que aprendan de las Santas
mujeres, las mujeres que quieran ser santas: mi abuela, mi madre, ¿y yo? ¡Y la
piedra estaba corrida!
No
hay piedra, dificultad o montaña que no mueva la fe… y el amor.
Propósito: Mover
piedras en mi alma.
sábado, 3 de abril de 2021
Jesús, prometo nunca más dejarte
José
de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque ocultamente por temor a los
judíos, rogó a Pilato que le dejaran retirar el cuerpo de Jesús. Y Pilato se lo
permitió. Vino, después, y retiró su cuerpo. Nicodemo, el que había ido antes
a Jesús de noche
Jesús,
mi buen Jesús, ¿qué te han hecho? ¡Cuánto te echo en falta! Tengo un nudo en la
garganta. No puedo vivir sin tu mirada, ni tu sonrisa, sin oír tu voz ni tu
risa. Hoy seré valiente e iré con Nicodemo y con José de Arimatea a pedir tu
cuerpo muerto a Pilato. Me pasaré, junto a tu Madre, el día velándote,
contemplando y besando tus heridas. En la hora de la soledad, del abandono
total y del desprecio. Jesús, que sea valiente, que siempre dé la cara por ti.
Ante
el cuerpo muerto de Jesús promete que nunca le dejarás.
Tomaron
el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos, con los aromas, como es
costumbre sepultar entre los judíos (Jn 19).
Con
San Josemaría: Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo
frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis
desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida
limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá
arrancar, ¡y ahí, Señor, descansad! Cuando todo el mundo os abandone y
desprecie..., serviam!, os serviré, Señor.
Hoy
no dejes sola a la Virgen. Espera con ella la Resurrección…
Propósito: Cumplir
mis promesas.
viernes, 2 de abril de 2021
Cristo murió por nosotros; y muerte de Cruz
Entonces
se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús; y Él, con la
cruz a cuestas, salió hacia el lugar llamado de la Calavera, en hebreo Gólgota,
donde le crucificaron (Jn 19, 16-17).
Jesús,
he llegado corriendo al Calvario acompañando a tu Madre. No puedo decir nada.
Te veo. Estás allí, clavado en la Cruz, con la cara rota y el cuerpo destrozado
y sangrante. Apenas puedes respirar, mientras te apoyas en tus pies
atravesados para tomar aliento. La boca abierta. La mirada triste, agonizante.
¡Jesús!, ¿qué te han hecho? Me miras… y toda mi vida me parece un sinsentido.
Jesús, quiero consolarte, aliviar tu dolor. Que mi vida sea tu consuelo.
Sigue
contemplando y consolando a Jesús con tus palabras y tu cariño.
Padre,
perdónales porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34).
Jesús,
en la Cruz, todos tus gestos y palabras son de amor. Tienes los brazos
abiertos, no porque estén clavados, sino porque quieres abrazar a toda la
humanidad en un abrazo cósmico. Entre tus brazos me acojo y con San Josemaría
te digo: Soy tuyo, y me entrego a ti, y me clavo en la Cruz gustosamente,
siendo en las encrucijadas del mundo un alma entregada a ti, a tu gloria, a la
Redención, a la corredención de la humanidad entera.
Busca
el crucifijo más cercano y llénalo de besos.
Propósito: Besar el
crucifijo.
jueves, 1 de abril de 2021
Te adoro con devoción, Dios escondido
Como
amase a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Jn 13, 1).
Jesús,
tu vida terrena está llegando a su fin y el corazón se te desborda de ternura.
No te mides, no eres calculador, como yo tantas veces: los amó hasta el fin.
¡Te das del todo en la Eucaristía! Ardientemente he deseado comer con vosotros
esta Pascua (Lc 22, 15), nos dices con San Lucas: ardientemente, te morías de
ganas, con pasión deseabas que llegara ese momento para instituir la
Eucaristía, el Dios con nosotros hasta el final de los tiempos. Jesús, todo
para estar cerca de un tipo como yo, qué bueno eres Jesús, qué bueno eres, no
me lo merezco.
Sigue
unos minutos. Agradécele que se haya querido quedar contigo.
Se
levantó de la cena, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó. Después
echó agua en una jofaina y empezó a lavarles los pies a los discípulos (Jn 13,
4).
Jesús,
al lavar los pies a los Apóstoles les estás grabando a fuego la clave de tu
paso por la tierra: ser Dios es ser servidor de los demás. No basta saberlo,
hace falta ponerlo en práctica cada día. Y ahí estaban los pies de Judas, el
traidor. ¡Qué cariño pondrías! Seguro que te esmeraste. Jesús, quiero ser como
Tú, con un corazón grande, que sepa querer a todos, lavar los pies a todos,
hasta los pies de los que me pisan.
Termina
pensando a quién más puedes lavar los pies...
Propósito: Lavar
pies.
miércoles, 31 de marzo de 2021
Jesús, vales más que todo el oro del mundo
Entonces,
uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los príncipes de los
sacerdotes, y dijo: ¿Qué me queréis dar a cambio de que os lo entregue? Ellos
le ofrecieron treinta monedas de plata (Mt 26, 14-16).
Jesús,
¡qué mal negocio hizo Judas! ¡Qué estafa! ¡Le han engañado y se ha engañado a
sí mismo! También a mí el demonio me quiere estafar. Como dice San Josemaría:
El mundo, el demonio y la carne son unos aventureros que, aprovechándose de la
debilidad del salvaje que llevas dentro, quieren que, a cambio del pobre
espejuelo de un placer —que nada vale—, les entregues el oro fino y las perlas
y los brillantes y rubíes empapados en la sangre viva y redentora de tu Dios,
que son el precio y el tesoro de tu eternidad. (Camino 708). Jesús, que por
nada te traicione, dame fortaleza para evitar el pecado.
Habla
tú con Jesús y dile que nunca te dejarás estafar por el demonio.
Y
mientras comían dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me va a
traicionar. Y, muy afligidos, comenzaron cada uno a decirle: ¿Acaso soy yo,
Señor? (Mt 26, 22).
Jesús,
los Apóstoles se quedan muy tristes por tu anuncio de traición. Te quieren de
verdad, como yo. Lo han dejado todo para seguirte, ¿¡cómo yo!?... Pero admiten humildemente
la posibilidad de que son capaces de traicionarte, se sienten débiles, capaces
de lo peor. Jesús, yo también soy capaz de todos los errores y de todos los
horrores. Que sea humilde. Y si te traiciono en algo dame la fortaleza de ir
corriendo a la confesión.
Pregunta
a Jesús en qué cosas tienes que vigilar para no traicionarle.
Propósito: Antes morir
que pecar.
martes, 30 de marzo de 2021
Jesús, antes morir que pecar
Cuando
dijo esto Jesús se turbó en su espíritu, y declaró: En verdad, en verdad os
digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros
no sabiendo a quién se refería (Jn 13, 21-22).
Jesús,
te turbas, te conmueves, te duele. Después de todo lo que has hecho por Judas,
el canalla va y te traiciona. Le has lavado los pies, le has llamado amigo…
Cuántos momentos felices, cuántas bromas, cansancios, canciones, cuántos
milagros había presenciado, y, luego… el pecado. Jesús, ¡ya no más! ¡No quiero
ofenderte nunca más! ¡No quiero ser como Judas! Sé que te turba, que te duele,
de manera especial, la traición de tus amigos. Jesús, con tu ayuda, nunca más.
Pero lo que más te duele es que no te busque para pedirte perdón.
Aprovecha
este rato de oración y pide perdón por tus pequeñas o grandes traiciones.
Entonces,
tras el bocado, entró en él Satanás. Y Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo
pronto (Jn 13, 27).
Jesús,
las grandes traiciones, como las de Judas, vienen precedidas de pequeñas
compensaciones egoístas. Los edificios no se caen de repente, sino que empiezan
a salir grietas pequeñas, que se van abriendo, hasta que aquello se cae. Judas
robaba de la bolsa… y tras el bocado entró Satanás. Jesús, con tu gracia ayúdame
a descubrir esas grietas en mi alma. Y si me ayudas, me iré a confesar para
que me pongan el cemento de la gracia en esas grietas.
Habla
con Jesús sobre las grietas que piensas que hay en tu vida.
Propósito: nunca hacer
de Judas
lunes, 29 de marzo de 2021
Obras son amores y no buenas razones
María,
tomando una libra de perfume muy caro, de nardo puro, ungió los pies de Jesús y
los secó con sus cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume (Jn 12,
3).
Jesús,
¡cómo te quiere María! ¡Qué detalle! Tú la miras con infinito cariño y la
dejas hacer. No es tanto la calidad del perfume muy caro de nardo puro sino el
amor que María pone. Está demostrándote que vales más para ella que todo lo que
cuesta aquel perfume tan caro. Jesús, y yo, ¿cómo te demuestro mi amor? ¿En qué
se concreta? Me miras, también con cariño, como a María, y me susurras al oído:
Obras son amores y no buenas razones.
¿A
qué huelo? ¿Con qué buenas obras de amor perfumo mi vida?
Dijo
entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregarle: ¿Por
qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los
pobres? (Jn 12, 4-5).
Jesús,
la misma historia de siempre. Ahora algunos tampoco entienden que los
cristianos queramos darte lo mejor. No siempre es el amor a los pobres, lo que
les lleva a pensar así, como no lo era el caso de Judas. Es simplemente falta
de Fe, visión humana, que impide luego amar de verdad a los pobres. Jesús, que
sea generoso contigo, no sólo con el dinero, sino también con mi tiempo… y así
te podré ver en cada uno de los pobres.
Hasta
los 10 minutos, piensa en obras de amor a Dios y a los demás.
Propósito: No ser tan
tacaño con Dios.
domingo, 28 de marzo de 2021
Domingo de Ramos. Jesús, que sea valiente
Las
muchedumbres que iban a la fiesta, oyendo que Jesús se acercaba a Jerusalén,
tomaron ramos de palmas, salieron a su encuentro y gritaban: Hosanna, bendito
el que viene (Jn 12, 12-13).
Jesús,
hoy comienza la Semana Santa. En pocos días vas a culminar tu misión en la
tierra. Nos vas a dejar tu mandamiento nuevo del amor; vas a lavar los pies a
tus discípulos; vas a pedir por los cristianos de todos los tiempos (también
por mí); te me vas a entregar en la Eucaristía; vas a sudar sangre; te van a
apresar y tus discípulos te abandonarán. Te azotarán y te golpearán; se
burlarán de ti. Llevarás la Cruz de tu muerte y de mi salvación hasta el
Calvario. Allí morirás perdonando. Y yo, Jesús,… todos estos días muy pegadito
a ti.
Dile,
con tus palabras, que no quieres dejarle solo ni un momento.
Jesús
encontró un borriquillo y se montó sobre él, conforme a lo que está escrito: No
temas, hija de Sión. Mira a tu rey, que llega montado en un pollino de asna (Jn
12, 14-15).
No
temas hija de Sión… Pero, vamos a ver: ¿Qué es lo que me da miedo? ¿No soy
acaso hijo de Dios?... ¡¿Entonces…?! Jesús, Tú eres el Rey de Israel, Tú eres
el Rey del mundo. Nada sucede sin que Tú lo permitas, y siempre será para bien.
Jesús, contigo, siempre valiente. Necesitas Hombres y Mujeres valientes.
Jesús,
quiero ser muy valiente.
Propósito: No ser
gallina.
sábado, 27 de marzo de 2021
Jesús, eres la Verdad, de verdad de la buena
Muchos,
al ver lo que había hecho Jesús, (la resurrección de Lázaro) creyeron en él.
Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús
(Jn 11, 46).
Jesús,
que curioso, ante un mismo hecho dos reacciones opuestas: unos creen y otros te
acusan. Es lo mismo que pasa ahora... Como dice un filósofo: Dios actúa en el
claroscuro, de modo que hay bastante luz para quien quiere ver, y bastante
oscuridad para quien no quiere ver. No es tanto la luz sino las disposiciones
interiores. Jesús, tengo amigos que me preguntan por qué ahora no hay milagros
espectaculares como los de antes… Pero que ellos no los ven: el milagro de un
amanecer, una nueva vida, la sonrisa de un niño, una confesión, entregar la vida
entera a Dios… y también de los otros.
Cuenta
a Jesús el último milagro que hayas vivido. Agradéceselo.
Este
hombre hace muchos signos. Si le dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán
los romanos y nos destruirán (Jn 11,47).
¡Qué
terrible! En vez de buscar la verdad piensan solo en su comodidad, en lo que
más le convenga. Se cumple lo de San Pablo a los Romanos: hombres que tienen
aprisionada la verdad en la injusticia (Rm 1,18). Cuando se violenta la verdad
todo vale. Jesús, que siga el consejo del poeta: “¿Tu verdad? No, la Verdad, y
ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”.
El
que busca con sinceridad la Verdad acaba encontrando a Cristo.
Propósito: buscar la
Verdad, de verdad de la buena.
viernes, 26 de marzo de 2021
La violencia ni vence ni convence
Los
judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús (Jn 10, 31-42).
Jesús,
lo de tus paisanos y su afición a lanzar piedras es impresionante. Si no fuera
algo tan triste, sería para echarse a reír. Les gustaba eso de apedrear a la
gente. ¡No perdían ocasión! Primero quisieron apedrearte a Ti, —nos lo acaba de
contar San Juan—; también lo intentaron con aquella desdichada mujer: El que
esté sin pecado que tire la primera piedra (Jn 8,7). Al pobre de San Pablo en
Tesalónica una lluvia de piedras casi le costó la vida: Apedrearon a Pablo y le
arrastraron fuera de la ciudad creyéndole muerto (Act 14,19). Y por último, San
Esteban no tuvo tanta suerte y murió lapidado: Se abalanzaron sobre él, lo
empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearle (Act 7,58). Es curioso,
en un instante, la pedrada de un desaprensivo puede destrozar la magnífica
vidriera de una catedral, o peor aún, arrancar una vida.
A
veces, las piedras que más duelen son los comentarios hirientes, las palabras
vanas, los juicios gratuitos, las opiniones sin venir a cuento…
Él
les replicó: Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿Por
cuál me apedreáis? (Jn 10, 31-42).
Jesús,
ante la fuerza bruta respondes con sabiduría e ingenio. Porque quien usa la
violencia ni vence ni convence. El que más grita habitualmente no lleva la
razón y el que usa la violencia pierde cualquier autoridad y se descredita
delante de Dios y de los hombres.
Jesús,
ayúdame a ser manso y humilde de corazón, como Tú.
Propósito: No tirar
piedras a la gente, ni a los gatos.
jueves, 25 de marzo de 2021
La Anunciación. Ave María, llena de Gracia
En
aquel tiempo fue enviado el Ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón llamado José, de
la casa de David, y el nombre de la Virgen era María. Y, habiendo entrado el
Ángel donde ella estaba, le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es
contigo (Lc 1, 26-28).
Jesús,
siempre me ha parecido de mala educación y de mal gusto, eso de curiosear en la
vida de los demás, pero hoy… hago una excepción: ¿Cómo fue la Anunciación? ¿Qué
dijo tu Madre? ¿Se puso colorada? Quiero saberlo todo. A veces, también les
pregunto a mis papás cómo se conocieron, quién tomó la iniciativa… Entonces se
miran con ojos de complicidad y se nota que les palpita el corazón. Yo entiendo
que cada Avemaría, dice San Josemaría, cada saludo a la Virgen, es un nuevo
latido de un corazón enamorado (Forja, nº 615).
Dile
a María que la quieres mucho y que admiras su valentía.
María
contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la
dejó el Ángel (Lc 1, 38).
¡La
esclava del Señor! ¡La sierva de Dios! La criatura más excelsa, la más
perfecta, la Santísima Virgen, hace del servicio el centro de su existencia.
Esto no todo el mundo lo entiende. Hace falta tener mucha finura interior,
mucha delicadeza y mucha categoría humana: Sólo son capaces algunas almas privilegiadas.
Y yo, ¿lo entiendo? Pues entonces…
Agradece
a la Esclava del Señor entender, y luego poder servir.
Propósito: Si no lo
entiendo, pedir a San Gabriel que me lo explique.
miércoles, 24 de marzo de 2021
La Verdad os hará libres
Si
vosotros permanecéis en mi palabra, sois en verdad discípulos míos, conoceréis
la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8, 31-32).
Jesús,
¡cuánta mentira veo a mi alrededor!, ¡cuánta apariencia!, ¡cuánta falsedad! Veo
cómo hablan algunos, cómo se arreglan, cómo se visten y pienso: ¡Qué gran
mentira! Lo peor de todo es que a mí me pasa lo mismo: me gusta aparentar,
fijarme en la marca, exagerar, provocar,… Jesús, Tú quieres que vaya bien, a la
moda, elegante… Nada hay tan hermoso ni tan atractivo como el esplendor de la
Verdad, la verdad en mi vida; una verdad que libera.
Dile
a Jesús que quieres ser de Verdad, Auténtico, Cristiano al 100%.
Le
respondieron: somos linaje de Abrahán y jamás hemos sido esclavos de nadie.
¿Cómo dices Tú: os haréis libres? Jesús les respondió: En verdad, en verdad os
digo: Todo el que comete pecado, esclavo es del pecado (Jn 8, 33-34).
Jesús,
a veces, se me llena la boca cuando digo: ¡Soy libre! ¡Soy libre! Y resulta que
luego no soy capaz ni de levantarme a la hora, ni de ayudar en casa, irme
ayudar a una catequesis. Soy esclavo de un capricho, o prisionero de un
programa de TV o de fut… ¿Soy libre? Me parece que no, hasta que rompa esas
cadenas que me esclavizan: las 7 cadenas de los pecados capitales, las 7
cadenas de televisión, las cadenas de los vicios, las cadenas de algunas
amistades que me pervierten.
¿Qué
cadenas voy a romper? ¡Cuento con la gracia de Dios!
Propósito: liberarme
de la tele, al menos.
martes, 23 de marzo de 2021
Jesús, que cuando me vean, Te vean
¿Tú
quién eres? (…) Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis
que yo soy (Jn 8, 25.28).
Jesús,
levantado o colgado significa crucificado. Jesús, les estás diciendo que sólo
en la Cruz pueden entender quién eres. Y es que tu vida no se entiende sin tu
misión redentora que culmina en la Cruz. Por las mañanas, recién levantado, al
mirarme al espejo me pregunto: —Y yo, ¿quién soy?... Y por dentro una vocecilla
me responde: —Eres Cristo, y tu cruz, lo que te santifica, es el estudio,
ayudar en casa, ser buen amigo… Jesús, ¡que cuando me vean, Te vean!
Espejito,
espejito ¿Quién soy? ¿Soy Blancanieves? … Soy ¡Cristo!
El
que me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo porque yo hago siempre lo
que le agrada” (Jn 8, 29).
Jesús,
esta es la razón profunda de mi alegría: ¡Siempre estás conmigo! ¡Nunca me
dejarás! Has prometido quedarte con los hombres hasta el último día. ¡Qué
bueno! No me dejas sólo porque busco hacer lo que te agrada: perdonar al burro
de mi hermano pequeño, aguantar a la insoportable de mi hermana mayor, cambiar
el rollo de papel del baño, ir a Misa y confesarme con frecuencia… ¿qué más te
agrada?
Pregunta
a Jesús que más cosas le “agradan” y terminas.
Propósito: preguntar
el espejo quien soy.
lunes, 22 de marzo de 2021
Vosotros sois la luz del mundo
“Yo
soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida”. (Jn 8, 12)
Jesús,
en clase me han explicado una enfermedad llamada “foto-fobia”. por la que
personas no pueden exponerse a la luz del sol. Tienen que ir siempre con lentes
oscuras y salen de casa sólo de noche. Jesús creo que algo parecido les pasa en
el alma a algunos de mis amigos: tienen “fotofobia de Dios”, pobrecitos.
Quieren vivir a oscuras, alejados de Dios, con las cortinas del alma siempre
cerradas. Se ríen de Dios, presumen de sus pecados –y a veces hasta se los
inventan–: y se hace amigos del “Príncipe de las Tinieblas” ¡Qué mal gusto
¿Alguna
vez me cansan las cosas de Dios? ¿Lo defiendo?
“Vosotros
sois la luz del mundo (…) No se enciende una luz para ponerla debajo de una
vasija, sino sobre un candelero (…) Alumbre así vuestra luz ante los hombres”.
(cfr Mt 5, 14-16)
¿Y
cómo enciendo esa luz? Mi linterna está siempre enchufada, cuando la necesito
la desenchufo y entonces hay calidad de luz. Había un abuelito al que el Santo
Cura de Ars veía muchas veces rezando ante Jesús Sacramentado, y le preguntó
que le decía: —¿Decir? Yo lo miro y el me mira. Y todo el mundo decía que era
el abuelito más buena onda del pueblo, pero a la vez ayudando a todos a hacer
el bien y que llevaba a muchos a confesar con el Santo Cura. Jesús, yo quiero
recargar mis baterías siempre contigo, para dar luz a los demás.
Jesús,
quiero iluminar el mundo entero con tu luz.
Propósito: recargar
mis baterías en el Sagrario e iluminar a la gente.
domingo, 21 de marzo de 2021
Jesús, quiero ver tu rostro
Había
algunos griegos; éstos acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le
rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés; y
Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús” (Jn 12,20)
—¡Han
llegado los griegos! —¡Los griegos! ¡ya están aquí…! Gritó uno. —Que son
griegos de verdad, volvió a gritar. En torno a ellos se arremolinaban los
curiosos: ¡Pero qué raro hablan! ¡Qué túnicas tan feas! Por fin, Felipe que
chapurreaba un poco su idioma oyó que le rogaban bajito algo así como: “Seor,
quisiramos ver a Jes”. —¿Qué dicen? ¿Qué quieren? —Dicen que quieren ver a
Jesús. Todo el mundo se quedó en silencio ensimismado como pensando: Vemos a
Jesús a diario y no nos damos cuenta. Y yo, ¿me doy cuenta?
Jesús,
ayúdame a valorar tu cercanía. Que me dé cuenta.
Y
cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía
dando a entender la muerte de que iba a morir (Jn 12,33).
Y
tú, Jesús, ¡de qué les ibas a hablar más que de la Cruz!, Escándalo para los
judíos, locura para los griegos (1 Cor 1,23). Y los griegos se volvieron locos,
pero de alegría: ¡habían visto a Jesús! Desde la Cruz Jesús atrae a sí a toda
la humanidad. Jesús, que te pongo en lo más alto de mi vida.
Poner
a Cristo en lo más alto de mi deporte, estudio, juegos, baile…
Propósito: comerme un
yogurt “griego”
sábado, 20 de marzo de 2021
Cinco minutos de Evangelio, por lo menos
Unos
decían: Este es verdaderamente el Profeta. Otros: Este es el Cristo. En cambio,
otros replicaban: ¿Acaso el Cristo viene de Galilea?
Jesús,
el conductor del autobús que me lleva todos los días al cole se llama don
Segundo. Es un hombre muy bueno, muy puntual, que hace honor a su nombre:
¡Llega al segundo! Se lo decimos y se ríe. Y ya, en el colegio, encuentro la
clase limpia y ordenada: ha sido Hortensia que por las tardes hace la limpieza.
Y no sé cómo lo consigue Charo, la Jefa de Limpieza, pero cada día organiza
todo. Jesús, ellos, quizá sin darse cuenta son Cristo. No son don Segundo, ni
Hortensia, ni Charo: eres Tú, Cristo que te haces presente. Este es el Cristo,
que no ha venido a ser servido, sino a servir.
¿Conozco
el nombre del chófer del bus? ¿Rezo por él, se lo agradezco?
¿Por
qué no le habéis traído? Respondieron los alguaciles: Jamás hombre alguno habló
así. (Jn 7, 45-46).
Jesús,
¡qué bien hablabas! Los que te oían se quedaban boquiabiertos, embelesados,
escuchándote: ¡Más, más… otros cinco minutos más porfa..! ¡La de la oveja
perdida! ¡La del hijo pródigo! ¡Maestro, la última parábola! Jesús, Tú eres el
Verbo hecho carne, eres La Palabra encarnada y los Evangelios son La Palabra
encuadernada, por eso cada día, después de leerlos, los beso, te beso a Ti.
¿Leo
el Evangelio cada día?
Propósito: Conocer más
a Jesús.