jueves, 30 de junio de 2011

Alegadores

En ese momento se pusieron a gritar diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí antes de tiempo para atormentarnos? (Mt 8, 29).

Jesús, Tú has venido a salvarnos del pecado. Como tienes todo el poder contra el mal y tu sola presencia hace que el demonio se ponga nervioso. Jesús, yo me avergüenzo porque a veces también me incomodo con tu presencia, sobre todo cuando exiges más de mí. A veces me enojo cuando me topo con un trozo del Evangelio más exigente; o cuando mi conciencia me pide que deje de ser perezoso y haga mis tareas…, que apague el televisor o la compu y me vaya a dormir. Perdón Jesús, porque entonces me pongo a alegar, a quejarme, como los demonios.

u Piensa cuándo dejas las cosas para después y cómo evitarlo.

“Los demonios le rogaban diciendo: Si nos expulsas, envíanos a la piara de cerdos” (Mt 8, 31).

Los demonios hablan con Jesús para ponerle condiciones, porque no lo aman –lo odian– y se niegan a hacer su voluntad. Jesús ¿alguna vez te pongo condiciones? ¿Te digo: “voy a misa martes y jueves” si no hay partido? ¿O bien, en casa, si no hay cable, entonces lo mismo ayudo a mi hermano o hago la oración? Perdóname, ya no más. Desde ahora quiero hacer el propósito de hacer lo que me pidas, sólo porque me lo pides Tú.

u Atrévete a decirle muchas veces: Tuyo soy, para ti nací, ¿qué quieres Señor de mí?

Propósito: Exorcizarme de andar alegándole a Dios.

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miércoles, 29 de junio de 2011

San Pedro y San Pablo

¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?... Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? (Mt 16, 13.15).

¿Quién eres, Jesús, para mí? Ésta es la pregunta clave que tengo que resolver. Tú, Señor, esperas de mi y de cada uno de mis amigos una respuesta en primera persona, de Miguelito, que no sea sólo del diente al labio. Sé que si creo se tiene que demostrar en mi vida, en cómo me comporto en el colegio y en estos días de vacaciones… en cómo pienso en los demás… en cómo ayudo en casa… en cada una de estas cosas te oigo preguntarme: “¿Quién dices tú que soy yo?”.

u Dile a Jesús con el Adoro Te devote: “confieso que eres mi Dios; haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere, que Te ame”.

Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt 16, 18).

Pedro te respondió con firmeza: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, y dio su vida por Ti… como tantos otros, como S. Pablo… como Juan Pablo II. Y Pedro, el primer Papa oyó: “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”… ¡Gracias, Señor, por habernos dejado quien haga tus veces para guiarnos en la Iglesia! ¡Qué responsabilidad la suya! A veces lo atacan como chacales, yo quiero ayudarlo con mi oración, mis sacrificios y también con mi trabajo diario estos día de vacaciones.

u Dile a Jesús, “todos con Pedro a ti, por María”; “omnes cum Petro ad Iesum per Mariam”

Propósito: Ahorrar para ver a Pedro en persona… y rezar por B16.

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martes, 28 de junio de 2011

Tormentas

Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y se acercaron y le despertaron diciendo: ¡Señor, sálvanos que perecemos! (Mt 8, 24-25).

Si uno lo piensa en frío, Jesús, los apóstoles se asustaron de gratis. Lo digo porque si Tú ibas en la barca con ellos, nada malo les podía pasar. Pero se ponen a gritar y les entra pánico como si a Ti no te importara lo que podía pasar. A veces a mí también me pasa lo mismo. A veces pienso que me dejas sólo y por eso me doy unas estrelladas en algunos pecados, me voy derechito en las tentaciones. Me sucede, como a los apóstoles, que no acabo de confiar y de buscarte. Jesús, que sepa rezar cuando me vea débil, tentado o desanimado.

u Cuéntale a Jesús cuáles son las tormentas en las que te pones cómo los apóstoles.

Jesús les respondió: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, increpó a los vientos y al mar, y se produjo una gran bonanza (Mt 8, 26).

No hay nada, ni nadie que se te pueda oponer. Esto me recuerda lo que oí una vez: que no hay tentación que aguante un Avemaría bien rezada. Claro, que lo difícil es rezar cuando uno tiene una tentación. ¡Jesús, quiero serte fiel! En las buenas, en las malas, los días soleados o cuando hay tormenta.

u Sigue pidiendo el ser fiel y no abandonar la lucha.

Propósito: Destruir a las tormentas.

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lunes, 27 de junio de 2011

Decirle que SÍ

Y acercándose a él cierto escriba, le dijo: Maestro, te seguiré dondequiera que vayas (Mt 8, 19).

Para hablar contigo, Jesús, hay que acercarse a Ti, Tú no hablas con gritos sino en lo hondo del alma. Pero para estar cerca de Ti hay que estar dispuesto a seguir tus mismos pasos. A veces es difícil, pero cuantas veces, cuando ya creía que no tenía más fuerzas para seguirte he notado tu mano de Amigo, tu enseñanza de Maestro, tu remedio de Médico que me cura… Jesús, si no fuera por la Comunión, por el Sagrario, por estos ratitos del 3+2… hace tiempo que habría tirado la toalla…. Ahora bien, aunque quiero estar cerca de ti, a veces me entra miedo de que me llames a involucrarme y no tener el valor de seguirte.

u ¿Estoy dispuesto a seguir al Señor a donde Él quiera?

Jesús le contestó: Las zorras tienen sus guaridas y los pájaros del cielo sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza (Mt 8, 20).

Señor, Tú si que eres sincero y no engañas. Se ve que nos quieres y por eso nos adviertes que estar a tu lado no es lo más cómodo; eso pensaría también el Cirineo, no fue el viernes p.m. más cómodo de su vida, pero fue el mejor. Para perseverar sé que es necesario superar el entusiasmo sentimental y seguirte por Amor. En lo grande y en lo pequeño te digo como Alexia, aquella niña que va camino de los altares: Jesús, que yo haga siempre lo que tú quieras (www.alexiagb.org).

Si Dios me llama, ¿estoy dispuesto a seguirlo?

Propósito: Dar hoy un buen paso tras del Señor.

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domingo, 26 de junio de 2011

Corpus Christi

Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Pero ellos dijeron: No tenemos más que cinco panes y dos peces (Lc 9, 13).

Mandas a los discípulos dar de comer a aquella muchedumbre sabiendo que no tienen ni para ellos. A veces a mí también me pides cosas que me parecen imposibles. ¡Ayúdame a confiar más en Ti y no en mis fuerzas! Precisamente en tu Procesión –hoy no sale una imagen tuya, sino Tú en persona– se canta eso de “Vuestro Cuerpo sacrosanto, es del cielo rico don / es de fuertes, alimento, es de débiles, vigor”. Yo lo noto cuando te adoro en el Sagrario y cuando comulgo.

u Dile a Jesús Eucaristía que te alimente y te dé vigor.

Tomando los cinco panes y los dos peces, miró al cielo y los bendijo, los partió y los dio a sus discípulos, para que los distribuyeran entre la muchedumbre (Lc 9, 16-17).

Tus discípulos son ahora, Jesús, los sacerdotes: ellos te presentan nuestro poco de pan y vino y Tú en persona –ellos te prestan su cuerpo y su voz– los transustancias: Esto es mi Cuerpo… este es el cáliz de mi Sangre. Lope de Vega, que era sacerdote, escribió un soneto que comienza “Cuando en mis manos, Rey Eterno, os miro / y la Cándida Víctima levanto, / de mi atrevida indignidad me espanto, / y la piedad de vuestro pecho admiro”; y es que los sacerdotes son humanos, como yo, por eso te pido por ellos, para que sean muy santos y sigan dando de comer a todos.

u ¿Cuánto rezo por los sacerdotes que conozco y por los que no?

Propósito: Pedir a Jesús sacerdotes santos que me den Su Alimento.

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sábado, 25 de junio de 2011

Sábado 25: Hoy por adelantado – San Josemaría

Y vio dos barcas que estaban junto a la orilla (…) Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Y sentado enseñaba desde la barca a la multitud (Lc 5,2-3).

Recuerdo Jesús lo que me contaron, cómo te metiste en la barca –en la vida– del muchacho Josemaría cuando aún no tenía 15 años… quizá hablaba de él mismo cuando escribió: «Jesús ve aquellas barcas en la orilla y se sube a una. ¡Con qué naturalidad se mete Jesús en la barca de cada uno de nosotros! Cuando te acerques al Señor, piensa que está siempre muy cerca de ti (…). Lo encontrarás en tu corazón» (San Josemaría, Sto. Rosario).

u Pregunta a San Josemaría cómo dejar a Jesús meterse en tu barca.

Dijo a Simón: —Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Simón contestó: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red (Lc 5, 4-8).

Simón aunque veía los inconvenientes, se los saltó de un solo. S. Josemaría se puso a rezar y portarse aún mejor para ver lo que Dios quería que hiciera. Y yo… pongo tantas excusas. «¡Mar adentro! ―Rechaza el pesimismo que te hace cobarde (…) y echa tus redes para pescar. Debemos confiar en esas palabras del Señor». (San Josemaría, Sto. Rosario).

Y ahora, cuéntale cómo reaccionas al oír: “¡mar adentro!”

Propósito: Embarcarme, que es Cristo el capitán…

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viernes, 24 de junio de 2011

Viernes 24: B-day de San Juan Bautista

El día octavo fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. Pero su madre dijo: De ninguna manera, sino que se ha de llamar Juan (Lc 1, 59-63).

Hoy se celebra el Nacimiento de S. Juan Bautista. Benedicto XVI nos dice que «la liturgia nos invita a celebrar la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista, cuya vida estuvo totalmente orientada a Cristo, como la de su madre, María. San Juan Bautista fue el precursor, la «voz» enviada a anunciar al Verbo encarnado. Por eso, conmemorar su nacimiento significa en realidad celebrar a Cristo, cumplimiento de las promesas de todos los profetas, entre los cuales el mayor fue el Bautista, llamado a «preparar el camino» delante del Mesías» (Ángelus, 24 de junio de 2007). Y es que Juan como era mayor, te ayudaba; yo a veces con mis primos más pequeños soy un abusivo.

u Y tu vida, ¿también está orientada a Cristo?

Mientras tanto el niño iba creciendo y se fortalecía en el espíritu, y habitaba en el desierto hasta el tiempo en que debía darse a conocer a Israel (Lc 1, 80).

«Como auténtico profeta, Juan dio testimonio de la verdad sin componendas. Denunció las transgresiones de los mandamientos de Dios» (Benedicto XVI, Ángelus, 24 de junio de 2007). Pero antes Jesús, tu primo se preparó se bien –el niño crecía y rezaba–, como yo, y voy al gym diario del 3+2.

u Jesús, haz de mí un auténtico apóstol, que anuncie a Cristo.

Propósito: Seguir creciendo.

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miércoles, 22 de junio de 2011

Jueves 23: Decisión

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos (Mt 7, 21).

Esto lo entiendo muy bien, Jesús. A mi me enoja que alguien dice que quiere hacer tal cosa y luego no la hace. Por ejemplo si quedamos con unos amigos para jugar y luego no vienen porque no quisieron me pongo tan enojado que me subo a las paredes. Pero luego pienso que yo te hago lo mismo. ¡Cuántas veces te he dicho que te quiero y que voy hacer tal cosa por Ti y después nada de nada! Jesús, que no me quede sólo en palabras bonitas o buenas intenciones. ¡Que te ame con obras!

u ¿Qué se necesita para que pases de las palabras a las obras? Una sola cosa: DECIDIRSE.

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿pues no hemos profetizado en tu nombre, y arrojado los demonios en tu nombre, y hecho prodigios en tu nombre? Entonces yo les diré públicamente: Jamás os he conocido: apartaos de mí, los que habéis obrado la iniquidad. (Mt 7, 22-23).

Jesús, estas palabras dan mucho para hablar Contigo. ¡Que nunca dé mal ejemplo! Dame la gracia de perseverar en el buen camino y de poder ofrecerte muchos frutos sabrosos y dulces de apostolado.

u Sigue hablando con Jesús por tu cuenta.

Propósito: DECISIÓN

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martes, 21 de junio de 2011

Miércoles 22: El sabor de los frutos

Por sus frutos los conoceréis: ¿acaso se cosechan uvas de los espinos o higos de las zarzas? (Mt 7, 16).

Jesús, a mí me gustan las uvas, pero ¿y los higos?: ¡guácala! Además, los frutos de los espinos y de las zarzas –si no estoy mal– son puras espinas; y de ésas sí que me he metido unas cuantas: ¡cuánto duele y cómo se te inflama la piel! Ahora que lo pienso más despacio, ¡cuánto he herido con mi comportamiento!: a mis papás, a mis herman@s, a mis profesores, a mis amig@s... ¿Acaso seré pescado, que sólo espinas tengo? ¿O quizá puerco espín?

u Sigue contándole a Jesús las espinas que ves en tu vida.

Así, todo árbol bueno da frutos buenos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. Por tanto, por sus frutos los conoceréis (Mt 7, 17-18. 20).

Pero no todo en mi vida son espinas. Pienso que también hay fruto. Yo quisiera ser como el árbol de mango: da fruto dos veces al año, existe una gran variedad; se come verde –con sal, sabe mejor y con chile sólo para los valientes– y cuando comienza a madurar, e, incluso, cuando está bien maduro. Hasta para jugar sirven, cuando se hacen guerras de mango. Jesús, ayúdame a portarme bien, para que mis obras den frutos.

u Ahora, has un recuento de los frutos que das. ¿Qué sabor tienen?: ¿dulces?, ¿ácidos?, ¿amargos?

Propósito: Sacarme algunas espinas y cultivar mango.

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lunes, 20 de junio de 2011

Martes 21: Conseguir la llave

Entrad por la puerta angosta, porque amplia es la puerta y ancho el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por ella (Mt 7, 13).

¡Qué mal suena eso de que son muchos los que entran por la puerta que lleva al camino de la perdición! ¡Cómo me asusta y cómo me gustaría, Jesús, que me digas por cuál camino voy! Pienso que, quizá, voy bien; pero no me acuerdo haberme encontrado una puerta tan estrechita –eso dice el DRAE que significa angosta–. Pero lo del tamaño de la puerta, ¿lo dijiste por el tamaño en sí o, más bien, por el esfuerzo que supone recorrer, muy bien, el camino de mi fe?

u Pregúntale a Jesús qué puertas has abierto o cerrado en este día.

¡Qué angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida, y qué pocos son los que la encuentran! (Mt 7, 14).

Si antes sonaba feo que muchos vayan por el camino de la perdición, lo de que son pocos los que encuentran la puerta y el camino que conduce a la Vida parece peor. A mí me gusta vivir bien, pero voy a acudir a la Virgen –que es el camino más rápido y seguro hacia al Cielo–, para que siempre vaya por el camino de la Vida. Además, veo que, sin ser mejor que los demás, muchos amigos van por la puerta y el camino ancho… ¡Jesús, que sepa rezar y dar ejemplo para hacer que muchos amigos se salven!

u A la Virgen se la conoce como la Puerta del Cielo. Hazte amigo de ella y preséntala a muchos.

Propósito: conseguirme la llave de la puerta estrecha… María.

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domingo, 19 de junio de 2011

Lunes 20: Defectos

¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano, y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O ¿Cómo vas a decir a tu hermano: Deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el tuyo? (Mt 7, 3-4).

Y esto, ¿por quién lo dices? Seguro para aquellos que te criticaban. Pero, ¿también para mí? Seguro que sí; y por eso San Josemaría escribió: «¡qué equivocada visión de la objetividad! Enfocan las personas o las tareas con las deformadas lentes de sus propios defectos y, con ácida desvergüenza, critican o se permiten vender consejos» (Surco, 644). Y sin embargo, yo pienso que siempre tengo la razón, y me pongo a juzgar a los demás.

u Pídele a Jesús que te haga ver tus defectos, esa viga en tus ojos.

Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver cómo sacar la mota del ojo de tu hermano (Mt 7, 5).

¡Qué duro; pero qué claro eres, Jesús! Porque sé que con la misma medida con que mida, seré medido y todavía me agregarán. Espero que, ahora, conversando contigo, sea sincero primero conmigo mismo, luego contigo y en la Confesión… Y la verdad que a los demás tengo que disculparlos más, porque a Miguelito (es decir yo) bien que lo disculpo, siempre encuentro un motivo que justifica la viga.

u Pídele a Jesús valentía para reconocer tus defectos.

Propósito: Sacar la viga y los clavos de Miguelito.

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sábado, 18 de junio de 2011

Domingo 19, Santísima Trinidad: Creo, espero, amo…

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn 3, 16).

Hoy celebramos que Dios es una familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hoy repetiré saboreando esta oración a la Santísima Trinidad: Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo; espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.

u Intenta decirle algo a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad.

Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn 3, 17).

La oración de arriba termina de esta manera: Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo a María santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí mismo.

u Atrévete a decirle a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad que crees en Él, esperas y le amas.

Propósito: Creer, esperar y amar.

Sábado 18: Un corazón como el de Jesús

Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis (Mt 6, 25).

¡Cuántas cosas tengo en la cabeza! Jesús, parece mentira pero sí me preocupo de muchas cosas: qué ropa me voy a poner para ir a una fiesta, si me va a ir bien en tal examen, si quedé mal, si le caigo mal al ese profesor, etc. Y por otro lado no le doy mucha importancia a cosas más serias. Si no es por mi mamá, que pasa recordándome, se me olvida el cumpleaños del abuelo, el aniversario de bodas de mis papás, etc. Dame, Señor, un corazón a la medida del Tuyo. Que me preocupe más de los demás, que de lo mío.

u Adivina, o mejor pregúntale a Jesús cuáles son sus preocupaciones.

Buscad, pues, primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6, 33).

Escucho estas palabras y me da mucho que pensar. Jesús, muchas veces me preocupo de tantas cosas y tantas tonteras. Dame un corazón grande y generoso, –como el tuyo– que no me deje atrapar por cosas sin importancia. Si tengo un trabajo para mañana me pongo agobiado, si me contestó mal mi hermana ando enojado, si perdió mi equipo de fut voy con depre por la vida, si un amigo no contesta los mensajitos que le mando lo tacho de mi lista, si quedé bien…

u Pide un corazón a la medida del de Jesús.

Propósito: buscar un trasplante de corazón.


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jueves, 16 de junio de 2011

Viernes 17: Anteojos

Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón (Mt 6, 21).

Cuando fueron aquellos partidos del Madrid – Barça pude darme cuenta de lo que es tener puesto el corazón en el Fut. Hubo compañeros que convencieron a sus papás o hermanos para que los fueran a traer al colegio y poder ver los partidos, o que los dejaran quedarse ese día en casa. Luego los partidos los vivían con gritos, emociones, etc. Acababan hasta sudados, como si ellos hubieran jugado el partido. Jesús, yo quiero poner el corazón en Ti y en el apostolado: emocionarme, gritar, poner los medios, saltarme los obstáculos, no darme por vencido…

u ¿En qué cosas puedo demostrar a Jesús que Él es mi tesoro?

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es sencillo, todo tu cuerpo estará iluminado (Mt 6, 22).

San Josemaría rezaba esta jaculatoria: Que yo vea con tus ojos, Cristo mío, Jesús de mi alma. Y así quisiera ver todo con tus ojos. Jesús, quiero ver a mi familia, a mis amigos, las clases, y todo lo que me rodea con tus ojos. Quiero ver a la gente como las ves Tú. Y entonces lanzarme a ayudarles y llevarlas a Ti. ¡Que yo vea como ves Tú, que vea almas!

u Pídele a Jesús que te ponga anteojos y veas a la gente como la ve Él.

Propósito: Repetir la jaculatoria de San Josemaría: Que yo vea con tus ojos, Cristo mío, Jesús de mi alma.

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miércoles, 15 de junio de 2011

Jueves 16: Echarle corazón

Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro, que estás en los Cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo (Mt 6, 9-10).

Te cuento, Jesús, que cuando era pequeño me gustaba rezar el Padrenuestro sólo para demostrar que me lo había aprendido de memoria. Luego me vino un tiempo en que me parecía aburrido. Pero lo que sucedió fue que me a-burro (es decir me puse burro), y parecía loro que repite cosas y no las entiende. Y esta oración es bien bonita, y además se la enseñaste a los apóstoles para que aprendieran a hacer oración.

Atrévete a hablarle a Jesucristo de lo que nos enseñó en el Padrenuestro.

Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal (Mt 6, 13).

En una ocasión escuché que Santa Teresa explicaba que la vida del cristiano no es pensar mucho sino amar mucho. Luego me dijeron que en español del siglo XXI eso significaba “echarle corazón” a las cosas de Dios y los demás. Jesús, que yo también le eche corazón cada vez que rece las oraciones vocales (Padrenuestro, Avemaría, Gloria, etc.) aunque a veces me distraiga, o esté medio zombie por el sueño o la pereza. ¡Que no caiga en el mal de la rutina!

Dile a Jesús, saboreando, las oraciones vocales que te sepas.

Propósito: Que le eche corazón.

martes, 14 de junio de 2011

Miércoles 15: Muerte al pavo

Por tanto, cuando des limosna no lo vayas pregonando, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, con el fin de ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. (Mt 6, 2).

Jesús, se nota que me conoces. A mi me encanta que me den las gracias y hasta parezco pavo que va por ahí mostrando sus plumas para que los demás se fijen en él. Me fascina que me alaben y me digan que soy lo máximo, un crack o que me va a robar la NASA cuando saco buenas notas.
Pero lo que me interesa es quedar bien contigo. Que sepa rectificar la intención, es decir hacer las cosas sólo para quedar bien contigo.

Piensa en qué situaciones te pones como el pavo.

Tú, por el contrario, cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en oculto; de este modo, tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará (Mt 6, 3-4).

San Josemaría escribió en el nº 109 de “Camino”: Si no eres hombre de oración, no creo en la rectitud de tus intenciones cuando dices que trabajas por Cristo. Jesús que aprenda a irte ofreciendo cada cosa que hago como el estudio, los favores en mi casa, el prestar mis cosas, etc. Y qué mejor lugar para ofrecer lo que hago que el ofertorio de la Santa Misa, que te ponga ahí mi día y las distintas actividades que realizo.

Jesús, que no se me olvide nunca ofrecerte mi día al levantarme.

Propósito: Matar al pavo que llevo dentro.

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Martes 14: Señor mío y Dios mío

Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso también los paganos? (Mt 5, 47).

Jesús, este es ya el segundo día que me hablas de tratar bien a los demás, y me cansa un poco debido a que soy un soberbio. Reconozco que soy duro de cabeza y de corazón. Mira que, por más buenas intenciones que tengo para ser cariñoso siempre acabo peleándome o enojando a alguno.
Jesús, ayúdame a que no me excuse diciendo que los demás son unos enojados o buscapleitos, que son ellos los que comienzan el pleito y yo no hago más que responderles. Ayúdame a dominar la lengua y las caritas que hago sin darme cuenta (más o menos).

Sigue hablando con Jesús sobre las cosas que a los demás les molesta sobre vos: formas de contestar, bromas, caras, etc.

Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto (Mt 5, 48).

Vivir la caridad es la santidad, es la perfección. ¡Pero cómo cuesta! Quiero hacerte una pregunta indiscreta, Jesús: ¿nunca te enojabas? Me imagino que alguna vez se te salió algún suspiro con algún cabeza dura que no te entendía. Otra pregunta: ¿se enojó alguna vez María contigo? Y si pasó, supongo que rapidito pedías perdón... si alguna cosa la molestó o se entendió mal. Mira que a mí me cuesta un mundo pedir perdón por algo que se pueda haber entendido mal o que fuera la causa de que otro se enoje. ¡Ayúdame a ser humilde!

Para crecer en caridad, la Comunión es un excelente medio.

Propósito: Ejercitarme en decir “perdón”.

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lunes, 13 de junio de 2011

Lunes 13: Perdonar y querer

Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No repliquéis al malvado; por el contrario, si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra (Mt 5, 38-39).

¡Esto sí que es difícil! Y lo digo por experiencia propia. Mira Jesús, que cuando alguien me ofende o me trata mal no es que me le tire al cuello a morderle la yugular, tipo Drácula. Pero cuando veo el chance me desquito y le tiro una de esas miraditas asesinas que se las aprendí a mi hermana, que por cierto además es una artista en hacer caritas. Soy de aquellos que dicen que hay que perdonar, pero no olvidar; que si no, luego la gente es abusiva con uno.

Que sea sincero y reconozca si trato a alguien con frialdad por revancha.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? (Mt 5, 46).

Pues es verdad, si sólo trato bien a los que me tratan bien no tengo ningún mérito. Pero me veo sin fuerzas para tratar a todos bien, y más aún para perdonar y no llevar cuenta de las ofensas. Jesús mío, que mi corazón –aunque sea un poco malo– arda en tu Amor. Que sepa perdonar y querer a los demás.

Atrévete a ir más allá del perdón y piensa en tener detalles de cariño con aquellos que me cuesta.

Propósito: Usar más la palabra “perdón” y tratar con cariño a todos.

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domingo, 12 de junio de 2011

Domingo 12, Pentecostés: Ven Espíritu Santo

Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús (Hch 1,14).

Para que venga el Espíritu Santo es necesaria la oración, junto a María: “Ven, Espíritu Santo, y envía del Cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, ven, dador de gracias, ven luz de los corazones. Consolador magnífico”. La Virgen quiere dejarte un regalo, al Espíritu Santo: “dulce huésped del alma, dulce refrigerio. Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto ¡Oh luz santísima! Llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles”.

Pídele con mucha fuerza al Espíritu Santo un amor ardiente a Dios y que seas muy apostólico.

Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo (Hch 2, 2-3).

El calor es el fuego del Espíritu que arde en nuestros corazones: “Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido. Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado. Concede a tus fieles, que en Ti confían tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales la felicidad eterna”.

►Atrévete a decirle al Espíritu Santo que te haga arder en amor a Dios y los demás.Propósito:

Rezar la oración de San Josemaría al Espíritu Santo:

¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad… He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte.¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo,
Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras…

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viernes, 10 de junio de 2011

Sábado 11: No soy Thor

Volviéndose Pedro, vio que le seguía el discípulo a quien Jesús amaba, (…) Pedro dice a Jesús: «Señor y éste ¿qué?» (Jn 21, 20-21).

Es lógico. San Pedro quería al más joven de los apóstoles, a Juan, y por eso preguntó qué le iba a pasar. Jesús, yo también quiero a mis amigos, como Pedro quería a Juan; y también noto que esa amistad me hace vulnerable: me duelen sus dolores, me pesan sus pesares, pero también me alegran y comparto sus alegrías. Jesús, lo bueno de ser tu amigo es que también mis amigos son tus amigos. Y en la oración repaso mis amistades y te pregunto: «Señor y éste ¿qué?», y este otro…

Ni Thor, ni Iron Man, esos son comics, yo soy vulnerable a las necesidades de los demás.

Jesús le respondió: «Si quiero que éste se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme» (Jn 20, 22).

—¿Dónde va Vicente?... Donde va la gente. ¡Pobre Vicente!; no tiene personalidad. Lo de menos es llamarse Vicente, Juan o Pedro. Jesús, que no esté tan pendiente de lo que hacen o dejen de hacer, digan o dejen de decir los demás. No quiero ser una marioneta en sus manos. ¡Tengo personalidad! Por eso a mí también me dices: “¿A ti qué? Tú sígueme”. Jesús, quiero estar siempre contigo, te seguiré, y por dentro diré —Ande yo caliente y ríase la gente.

►Jesús, como en los aeropuertos: Follow me, Follow me… Te seguiré.

Propósito: ser vulnerable a los amigos, pero no al qué-dirán.

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Viernes 10: Cuidar a los demás

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Le dijo: Apacienta mis corderos (Jn 21, 15).

Jesús, unes el amor a Ti con el amor a los demás. Le preguntas a Pedro si te ama e inmediatamente le das el encargo de cuidar a los demás. Tú también a mi me preguntas si te amo y oigo en mi corazón que me pides que cuide de los demás: de mi familia, de mis amigos y compañeros. Jesús que me dé cuenta que quererte a Ti es querer y cuidar a los demás. Que no viva pensando sólo en mí.

Pídele al Espíritu Santo que te dé un amor grande por Dios y los demás.

Le preguntó por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez si le amaba, y le respondió: Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo (Jn 21, 17).

Estas palabras de Pedro, me doy cuenta ahora Jesús, me pide el sacerdote que las diga en la confesión. Hago Jesús el propósito de confesarme de las faltas de caridad que haya hecho en contra de los demás. Como falta poco para Pentecostés, rezo al Espíritu Santo: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras. Y si lo que quieres es que cuide a los demás, también yo lo quiero.

Repítele a Jesús las palabras de Pedro.

Propósito: Cuidar a los demás.

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miércoles, 8 de junio de 2011

Jueves 9: Rezar y rezar bien

No ruego sólo por éstos, sino por los que han de creer en mí por su palabra (Jn 17, 20).

Cuando me han explicado que Tú, Jesús, has rezado por todos los que vendríamos
después, me ha costado creerlo. Pero hoy lo dice el Evangelio muy claro. Como eres Dios, tu inteligencia y memoria es infinita y por eso eres capaz de pensar en todos los hombres de todos los tiempos. Y ahí estoy incluido. Qué consuelo saber que no soy un desconocido para Ti, si no que me conoces, me quieres y rezas por mi. Jesús, yo también quiero aprender de Ti a rezar por los demás. A veces soy tan perezoso que prefiero seguir viendo TV o dormirme sin haber rezado al menos por el Papa y mi familia.

Pregúntate: ¿tengo momentos concretos en el día para rezar por el Papa, mis papás, mis hermanos y mis amigos?

(…) que todos sean uno; como Tú, Padre, en mí y yo en Ti, que así ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado (Jn 17, 21).

Y ahora me enseñas cómo rezar. Jesús cuando rezas por los demás no es solamente para que estén bien en esta tierra, si no para que todos y cada uno de nosotros estemos unidos a Dios Padre. Jesús, quiero aprender a rezar por los demás, especialmente por mis amigos y compañeros para que vivan en gracia y si no están en gracia para que se decidan a confesarse lo más pronto posible.

¿Qué cosa y cuándo voy a rezar por los demás?

Propósito: Rezar y rezar bien.

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Miércoles 8: En el mundo

No pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno (Jn 17, 15).

Al leer esta frase del Evangelio, Jesús, me doy cuenta que quieres que yo esté en medio del mundo. Que viva y me alegre con las cosas buenas de este mundo: un buena comida, un postre rico, un partidazo de fut tipo Champions, gozar una excelente lica, etc. Quieres que esté en el mundo pero sin caer en el mal o andar jugando con la tentación. Quieres que haga el bien: que aporte con mi trabajo y alegría un granito de arena a la sociedad y mi familia, acercando otros a Dios, etc. Perdóname, Jesús, porque muchas veces vivo sólo evitando hacer una gran burrada olvidándome completo por hacer el bien.

Concreta con Jesús qué bien vas a hacer hoy, esta semana, este mes...

Por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad (Jn 17, 19).

Aquí está la razón de la lucha por la santidad. Jesús, que yo luche por la santidad pensando en los demás. Jesús, dame un verdadero amor por mi familia, mis amigos, mi país, que me lleve a luchar por trabajar bien, a tener siempre buen humor, a preocuparme por hacer apostolado… Jesús grábame a fuego en el alma que quieres que haga todo el bien posible y no andar borderline con las tentaciones.

Pídele al Espíritu Santo que te aumente la caridad.

Propósito: No más borderline.

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lunes, 6 de junio de 2011

Martes 7: El Cielo

Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien Tú has enviado (Jn 17, 3).

Si uno le pregunta a la gente por la calle cómo se imaginan el Cielo, se oyen todo tipo de respuestas: que es un lugar de paz, donde toda la gente está en forma (ni gordos ni flacos), que es un partido de fut donde nunca te cansas, que puedes comer todo lo que quieras sin enfermarte, donde se duerme super bien, etc. Jesús, el Cielo es el lugar donde te podré ver cara a cara y darte un buen abrazo, en el Cielo está Santa María a la que quiero darle personalmente una rosa y un beso.

Sigue hablando con Jesús sobre lo que es el Cielo y de las cosas que quisieras hacer cuando llegues ahí.

Yo ruego por ellos (Jn 17, 9).


Para llegar al Cielo no cuento sólo con mis brazos o mis propias fuerzas. Sobre todo cuento con tu gracia, con tu ayuda Jesús. A veces se me olvida que lo más importante es que Tú me ayudas. Que has enviado al Espíritu Santo para que me guíe. Quiero aprender a ser obediente al Espíritu Santo que me va indicando el camino y me va diciendo qué cosas evitar y qué otras cosas hacer. ¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad… He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte

Pídele a Jesús que te haga obediente al Espíritu Santo.

Propósito: Ser obediente.


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domingo, 5 de junio de 2011

Lunes 6: Hablar claro

Dicen sus discípulos: Ahora sí que hablas con claridad y no usas ninguna comparación (Jn 16, 29).

¡Qué envidia me da este piropo que te hacen los apóstoles! Y la razón, Jesús, es que yo hablar claro, lo que se dice hablar claro, no lo hago. Cuando me preguntan si tengo algo que estudiar, si ya hice la cama, si me va bien en las notas… contesto con el clásico mmm (y eso cuando estoy de buenas). Y cuando voy a confesarme y me da vergüenza decir aquel pecadote doy más vueltas que un perro antes de acostarse a dormir. Y no te cuento que cuando hago apostolado empiezo a hablar en mandarín, que ni yo me entiendo lo que le estoy diciendo al otro.

Faltan sólo seis días para Pentecostés. Pídele al Espíritu Santo el saber hablar claro.

En el mundo tendréis tribulación, pero confiad: yo he vencido al mundo. (Jn 16, 33).


Tú sí que hablas claro, Jesús. Nos dices clarito, clarito que el que te quiera amar y seguir va a tener problemas. Pero los peores problemas son los que vienen de mí mismo cuando me dejo llevar por el egoísmo, la pereza, la soberbia o la lujuria. Y todo se complica además si no hablo claro en la confesión y con aquellos que me pueden ayudar. Por eso, otra vez, lo único que se me ocurre decirte es aquella oración de San Josemaría: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras.

Repite despacio la oración al Espíritu Santo: ¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad… He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras…

Propósito: Hablar claro.


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Domingo 5. Ascensión del Señor: Sin dudas

Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y, al verlo, le adoraron; pero otros dudaron. (Mt 28, 16-17).

Me imagino la escena: los apóstoles están contentos de verte y un poco tristes. Están emocionados y se han puesto de rodillas al verte. Otros que han acompañado a los apóstoles hasta ese monte empiezan a dudar. Pensarían y se preguntarían si el verte no era una ilusión o un espejismo. Jesús yo no quiero dudar. Auméntame la Fe. A mi me pasa que las dudas que me entran no son de tipo teológico (¿será cierto que el fin del mundo es el 2012 y Nostradamus tiene razón?). No, las dudas que me entran es si vale la pena esforzarme por ser coherente en mi comportamiento. Jesús que no dude.

Sigue hablando con Jesús de tus dudas.

Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28, 19).

Sabes Jesús, hace unos años fui a una academia de fútbol y el entrenador me decía que tenía que patear la pelota sin dudar, que tenía que ir a la marca sin dudar, que cabeceara sin dudar. Ayúdame a lanzarme al apostolado sin dudar. Que le entre a la gente con barrida al tobillo y pierna en alto.

Prepara una lista con los nombres de aquellos con los que vas a hacer apostolado. Y háblale a Jesús de esos amigos.

Propósito: Fuera dudas.

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sábado, 4 de junio de 2011

Sábado 4: Pedir, pedir, pedir

Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo. (Jn 16, 24).

Si de pedir se trata, Jesús, yo soy todo un profesional. Pido, pido y pido. Y no sólo a Ti. A mi mamá la pongo china de tanto que pido: quiero Mac, quiero una banda Power Balance, quiero ir al cine, quiero la camiseta del Milan AC, quiero… Pero en el Evangelio dice pedir en tu nombre para recibir. Y para pedir en tu nombre primero tengo que hablar Contigo y ponerme de acuerdo Contigo sobre lo que voy a pedir. Y entonces, ¿qué pido?

►Sigue hablando con Jesús para que sepas qué pedirle a Dios Padre.

(…) el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado (Jn 16, 27).

Mira, Jesús, que cada vez voy entendiendo mejor lo que dices en el Evangelio. Si pido lo que Tú llevas en tu Corazón Sagrado, eso demuestra que te estoy queriendo cada vez más y mejor. Me voy identificando Contigo. Y entonces Dios Padre me tiene más cariño. Por eso lo único que se me ocurre decirte es aquella oración de San Josemaría: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras.

Atrévete a decirle a Jesús: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero cómo quieras…

Propósito: Ser pedigueño de lo que lleva Jesús en su Corazón. Enlace
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viernes, 3 de junio de 2011

Viernes 3: Que no sea un rogado

(…) pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. (Jn 16,20).

Las historias de los mártires cada vez me gustan más. Hoy, Jesús, se recuerda a Carlos Lwanga y compañeros mártires. Por cierto que estos no tienen nombres raros, Jesús, pero los apellidos son todo un reto para la lengua, por ejemplo Lucas Banabakintu, José Mkasa Balikuddembé. Un rey decretó la persecución contra todos aquellos “que hacían oración”. Fíjate que bonito, Jesús, a los cristianos los persiguen y los definen como “los que hacían oración”. A mi nadie me persigue por hacer la oración. Eso sí hay algunos que me persiguen para que haga la oración: mi mamá, el profe de Reli, el sacerdote, etc. Aquellos mártires de África murieron porque hacían la oración, y yo que me hago el rogado.

Dile a Jesús que no vas a dejar de hacer la oración. Pídele al Espíritu Santo fortaleza para hacerla todos los días. En verdad, en verdad os digo: si algo pedís al Padre en mi nombre, os lo concederá. (Jn 16, 23).
Jesús, además me he enterado que los mártires que se recuerdan hoy, la gran mayoría eran jóvenes, tenían entre 13 y 21 años. Hoy quiero sacar el propósito de hacer a diario la oración. Pero no me quiero quedar solamente en hacerla yo. Quiero que me ayudes a tener valentía y hacer apostolado. Que me lance, Jesús, a enseñarle hacer oración a algunos de mis amigos. Que me siente con ellos a hacerla porque no hay mejor manera de aprender a nadar que nadando.

Sigue por tu cuenta y concreta cuándo te lanzas. Propósito: Dejar de hacerme el rogado.

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miércoles, 1 de junio de 2011

Jueves 2: Ser valiente

(…) pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. (Jn 16,20).

Jesús, hoy nos han contado en el colegio que en este día se recuerda a los mártires de Lyon. Además de que tenían unos nombres bastantes raros: Potino, Vetio, Epagato, Blandina…, lo que más me impresionó de la historia es que eran bien valientes. Alguno decía “soy cristiano” y zas lo mandaban a las fieras o lo decapitaban. Sufrieron mucho pero ahora están en el Cielo. Y yo Jesús que soy una gelatina, un miedoso para muchas cosas. Me da miedo callar a los compañeros cuando hablan burradas, me da vergüenza el ir a confesarme, me da pena si alguien me encuentra rezando el 3+2 (por eso me escondo) y ni te cuento lo miedoso que soy para hacer apostolado. Jesús que sea valiente. Dame fortaleza para dar la cara por Ti.

►Hay que hacer horas extras, me dices: por los que no rezan, por los que no creen, por los que no te conocen.

En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis (Jn 16, 20).

Pues yo, Jesús, no quiero volver a lamentar el que no haya sido valiente y dar la cara por Ti. Quiero pedirle al Espíritu Santo que me encienda y me haga valiente para hablarle a muchos sobre Dios. Hoy te digo Jesús que se acabó el ser un miedoso, un gelatina.

►No te quedes sólo en deseos. Concreta con quién vas hacer apostolado. Háblale a Jesús de tus amigos.

Propósito: Comer gelatina para recordarme de ser valiente.

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Miércoles 1: Lavarse las orejas

Todavía tengo que deciros muchas cosas (Jn 16, 12).

Fíjate, Jesús, que a veces me pasa que pienso que en la oración ya lo he dicho todo. A veces voy a Misa y me digo a mi mismo que ese pasaje del Evangelio ya me lo sé y hasta me sé el final de lo que están contando. En pocas palabras no me doy cuenta que lo importante de la oración es lo que Tú quieres decirme. Me acuerdo de aquello que le pasó a San Josemaría, que una vez le dieron el consejo de no hablar tanto si no de que escuchara al Espíritu Santo. Pues hoy te pido que me des una buena lavada de los oídos del alma para poder escucharte.

►El lavado de oídos del alma es la confesión.
¿Me estoy confesando seguido y cada vez que lo necesito?

Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad (Jn 16, 13).
Enlace
Reza despacito esta oración que escribió San Josemaría: ¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad… He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte.
¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras…

►Sigue hablando con el Espíritu Santo y óyele.

Propósito: Llevar algún amigo a la confesión.

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