Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y, al verlo, le adoraron; pero otros dudaron. (Mt 28, 16-17).
Me imagino la escena: los apóstoles están contentos de verte y un poco tristes. Están emocionados y se han puesto de rodillas al verte. Otros que han acompañado a los apóstoles hasta ese monte empiezan a dudar. Pensarían y se preguntarían si el verte no era una ilusión o un espejismo. Jesús yo no quiero dudar. Auméntame la Fe. A mi me pasa que las dudas que me entran no son de tipo teológico (¿será cierto que el fin del mundo es el 2012 y Nostradamus tiene razón?). No, las dudas que me entran es si vale la pena esforzarme por ser coherente en mi comportamiento. Jesús que no dude.
►Sigue hablando con Jesús de tus dudas.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28, 19).
Sabes Jesús, hace unos años fui a una academia de fútbol y el entrenador me decía que tenía que patear la pelota sin dudar, que tenía que ir a la marca sin dudar, que cabeceara sin dudar. Ayúdame a lanzarme al apostolado sin dudar. Que le entre a la gente con barrida al tobillo y pierna en alto.
►Prepara una lista con los nombres de aquellos con los que vas a hacer apostolado. Y háblale a Jesús de esos amigos.
Propósito: Fuera dudas.
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