Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso también los paganos? (Mt 5, 47).
Jesús, este es ya el segundo día que me hablas de tratar bien a los demás, y me cansa un poco debido a que soy un soberbio. Reconozco que soy duro de cabeza y de corazón. Mira que, por más buenas intenciones que tengo para ser cariñoso siempre acabo peleándome o enojando a alguno.
Jesús, ayúdame a que no me excuse diciendo que los demás son unos enojados o buscapleitos, que son ellos los que comienzan el pleito y yo no hago más que responderles. Ayúdame a dominar la lengua y las caritas que hago sin darme cuenta (más o menos).
►Sigue hablando con Jesús sobre las cosas que a los demás les molesta sobre vos: formas de contestar, bromas, caras, etc.
Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto (Mt 5, 48).
Vivir la caridad es la santidad, es la perfección. ¡Pero cómo cuesta! Quiero hacerte una pregunta indiscreta, Jesús: ¿nunca te enojabas? Me imagino que alguna vez se te salió algún suspiro con algún cabeza dura que no te entendía. Otra pregunta: ¿se enojó alguna vez María contigo? Y si pasó, supongo que rapidito pedías perdón... si alguna cosa la molestó o se entendió mal. Mira que a mí me cuesta un mundo pedir perdón por algo que se pueda haber entendido mal o que fuera la causa de que otro se enoje. ¡Ayúdame a ser humilde!
►Para crecer en caridad, la Comunión es un excelente medio.
Propósito: Ejercitarme en decir “perdón”.