Y acercándose a él
cierto escriba, le dijo: Maestro, te seguiré dondequiera que vayas (Mt 8, 19).
Para hablar contigo, Jesús, hay que
acercarse a Ti, Tú no hablas con gritos sino en lo hondo del alma con susurros.
Pero para estar cerca de Ti hay que estar dispuesto a seguir tus mismos pasos.
A veces es difícil, pero cuantas veces, cuando ya creía que no tenía más
fuerzas para seguirte he notado tu mano de Amigo, tu enseñanza de Maestro, tu
remedio de Médico que me cura… Jesús, si no fuera por la Comunión, por el
Sagrario, por estos ratitos del 3+2… hace tiempo que habría tirado la toalla…
Ahora bien, aunque quiero estar cerca de ti, a veces me entra miedo de que me
llames a involucrarme y no tener el valor de seguirte.
· ¿Estoy dispuesto a
seguir a Jesús a donde Él quiera?
Jesús le contestó: Las
zorras tienen sus guaridas y los pájaros del cielo sus nidos, pero el Hijo del
Hombre no tiene donde reclinar su cabeza (Mt 8, 20).
Jesús, Tú si que eres sincero y no
engañas. Se ve que nos quieres y por eso nos adviertes que estar a tu lado no
es lo más cómodo; eso pensaría también el cirineo, no fue el viernes p.m. más
cómodo de su vida, pero fue el mejor. Para perseverar sé que es necesario
superar el entusiasmo sentimental y seguirte por Amor. En lo grande y en lo
pequeño te digo como Alexia, aquella niña que va camino de los altares: Jesús,
que yo haga siempre lo que tú quieras (www.alexiagb.org).
· Si Dios me llama,
¿estoy dispuesto a seguirlo?
Propósito: Aprenderme
de memoria la oración de Alexia.