Después de esto partió
Jesús al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberíades. Le seguía una gran
muchedumbre porque veían los milagros que hacía con los enfermos (Jn 6, 1-2).
Muchos te siguen para
conseguir algo de Ti. Jesús, es cierto que muchas veces la gente (y yo también)
reza para conseguir algo de Ti: paz, salud, felicidad, etc. Pero a mi me
gustaría seguirte por el simple hecho de que te quiero amar y que quiero estar
junto a Ti. No quiero volverme un interesado con contigo, es decir tratarte
sólo porque te quiero sacar algo. Jesús, ayúdame a saber amarte por el simple
hecho de querer amarte.
· Sigue por tu cuenta
diciéndole a Jesús que lo quieres amar porque te da la gana.
Aquellos hombres, viendo
el milagro que Jesús había hecho, decían: Este es verdaderamente el Profeta que
viene al mundo (Jn 6, 14).
Tú sí que eres generoso, Jesús. Les
das de comer a todos aquellos que te seguían, y es después de ese milagro de
los panes y los peces que algunos te reconocen como un hombre venido de parte
de Dios, como un profeta. Yo si hubiera estado en tu lugar no les habría dado
de comer, ni la hora les hubiera dado. Lo más seguro es que habría pensado que
eran unos interesados, gente que buscaba sacarme algo. Jesús, ayúdame a no ser
tan criticón con los demás y aprender a ver la gente como los miras tú.
· Repite esta oración:
que yo aprenda a ver con tus ojos.
Propósito: No ser un criticón.