¿Quién es mi madre y
quiénes son mis hermanos? (…) Todo el que haga la voluntad de mi Padre que está
en los Cielos (Mt 12, 48.50).
Jesús, Tú amas a tu madre como el
mejor de los hijos, pero aún la amas más porque es la “llena de gracia” (Lc
1, 28). Por eso, en el fondo, lo que estás haciendo es elogiar a María. Ella es
la criatura más querida por Dios no sólo por ser tu madre, sino porque ha
sabido hacer en cada momento “la voluntad de mi Padre que está en los
Cielos”, empezando por aceptar generosamente la vocación que le
encomendaste, haciéndose “la esclava del Señor”. Santa María con quince
añitos no dudo en entregarse a Dios, y nunca se arrepintió de su decisión.
· Atrévete a decirle
varios piropos a María.
Tu madre y tus hermanos están fuera intentando hablarte (Mt 12,
47).
Jesús, la Virgen te extrañaba y se
va a buscarte; también te buscaban tus primos y familiares cercanos –para los
que en hebreo se usa la misma palabra que para los hermanos–. Ahora María no te
extraña porque está contigo en el Cielo, y allí te cuenta cosas buenas de
nosotros, sobre todo de los que nos acogemos a la protección de su Escapulario
del Carmen. La Virgen nos ayuda como Madre amorosa, y sobre todo a la hora de
nuestra muerte. Y en la vida Ella nos ayuda a navegar bien –la Virgen del
Carmen es Patrona de los marineros–, es decir a hacer siempre la voluntad de
Dios, como ella hizo.
· Dale muchas gracias a
María por haberse inventado el escapulario.
Propósito: Besar mi
escapulario y llevarlo siempre.