En
esto una mujer cananea, venida de aquellos contornos, se puso a gritar: ¡Señor,
Hijo de David, apiádate de mí! Mi hija es cruelmente atormentada por el
demonio. Pero él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos,
le rogaban diciendo: Atiéndela y que se vaya, pues viene gritando detrás de
nosotros (Mt 15, 22-23).
Esta
mujer consigue con su perseverancia que hasta los apóstoles intercedan por
ella. Jesús, ayúdame a ser perseverante. Una vez escuche que San Josemaría le
daba mucha importancia a las últimas piedras. Pues bien, Jesús, a mi me pasa
que comienzo muchas cosas pero eso de poner la última piedra y acabar las cosas
no se me da bien. Ayúdame a ser fuerte, ya que hasta en la oración me sucede
que comienzo y al poco tiempo estoy distraído y se me va el tiempo.
·
¿En qué otras situaciones te falta ser perseverante?
El
respondió: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Ella, no obstante, se acercó y se postró ante él diciendo: ¡Señor, ayúdame! (Mt
15, 24-25).
Jesús,
esta mujer persevera y consigue que la atiendas y le hagas el milagro. Puso la
última piedra por medio de la perseverancia. Yo te sigo diciendo lo mismo:
¡ayúdame a ser fuerte para perseverar! Quiero aprender a poner las últimas
piedras en el trabajo, en mi oración, en la familia y en el apostolado.
·
Intenta concretar que significa poner las últimas
piedras.
Propósito: Perseverar.