jueves, 14 de marzo de 2013

No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo…


Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viniera en nombre propio, a ése lo recibiríais (Jn 5, 42).
Jesús, fíjate si soy dundo que a veces pienso que ya te conozco lo suficiente y que me cansas. Entonces ya no te recibo. E incluso me quejo cuando tengo que estudiar el catecismo o asistir a una plática. —¿¡Otra vez Misa…?! ¡Vaya aburrimiento…! Tú, que te me acercas, que quieres ser mi amigo, y yo… no te recibo. Y, en cambio, recibo a Batman, a los Simpson, o Bob Esponja. Jesús, que te reciba siempre con alegría en los sacramentos, en los medios de formación.
·        Jesús, te pido por todos los que se preocupan de mi formación.
¿Cómo podéis creer vosotros, que recibís gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que procede del único Dios? (Jn 5, 43).
Jesús, me doy cuenta que la fe se robustece con el estudio y con la formación. No es lógico que vaya creciendo en mi cultura, mi ciencia, mi capacidad, y continúe con una formación religiosa de primera comunión. Ya va siendo hora de sustituir en el alma los dientes de leche de niño por una dentadura fuerte: con mi formación y doctrina echaré el diente a cualquiera que se ponga por delante. Jesús, mi inteligencia es un chispazo de tu Sabiduría y, por eso, nada hay más razonable que creer y estoy dispuesto a demostrarlo…
·        Sigue pidiéndole que te aumente la Fe y concreta cómo vas a cuidar tu formación.
Propósito: Comprometerme en mi formación.