sábado, 2 de marzo de 2013

Se le echó al cuello y lo cubrió de besos



Un hombre tenía dos hijos: El más joven de ellos… (Lc 15, 11).
Una antigua leyenda hebrea cuenta la historia de dos hermanos que se querían mucho y que recibieron la herencia paterna. Al mayor le correspondió el campo más difícil y al menor el campo mejor. Su padre, antes de morir, les dijo que recordaran siempre que serían sus hijos, y que entre ellos siempre serian hermanos. Con la primera cosecha el mayor decidió llevarle parte de su trigo en secreto al granero de su hermano por la noche. Y al menor se le ocurrió lo mismo. Jesús, yo soy muy poco agradecido con mi familia. Y también contigo.
·        Dale gracias a Jesús por tu familia, tus amigos, por la Fe, y … (por todo lo demás que se te ocurra).
Y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos (Lc , 15, 20).
Sigue la historia: Al día siguiente comprobaron que seguían teniendo mucho trigo y ambos decidieron repetir la operación, pero añadiendo además dos jarras llenas de aceitunas. Se cruzaron en la oscuridad sin verse y lo dejaron todo en el granero del otro. La tercera mañana se sorprendieron porque no menguaban sus bienes. Aquella noche, con una espléndida luna llena, cada uno cargó su burro con un odre de vino y salió camino del granero del otro. Se encontraron a mitad del camino y se abrazaron llorando de emoción recordando a su padre y alabando a Dios.
·        ¿Cómo puedo tratar mejor a mi familia?
Propósito: Ser agradecido y que se note.