miércoles, 4 de febrero de 2015

Todo lo ha hecho bien

¿No es éste el carpintero, el hijo de María? (Mc 6,3).

Jesús, tus paisanos te reconocen enseguida por tu oficio. Las puertas y ventanas de Nazareth siempre cierran bien y son bonitas; las mesas y sillas no están cojas y son cómodas; alacenas, cunas, hasta una mecedora de diseño para la Virgen... de todo. Y todo lo ha hecho bien (Mc 7,37). Jesús, quiero ser como Tú y me propongo: sacar las mejores notas que pueda, poner la mesa sin que me lo digan, ayudar a mis hermanos pequeños con los deberes. ¿Qué más?

u  Dile qué cosas estás dispuesto a hacer bien.

¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? (Mc 6,2).

Jesús, tus paisanos no salen de su asombro. —Pero si le hemos visto jugar en la plaza con todos los niños, ir a por agua a la fuente, pes­car cangrejos en el río... No les cabía en la cabeza que alguien tan normal hiciera milagros, fuera Dios. Jesús, ahora nos pasa al revés: muchos dudan que Dios pueda ser tan normal, tan cercano, que te interese el fútbol o nuestros pequeños problemas. Jesús, eres perfecto Dios pero también perfecto Hombre. ¡Qué bien me entiendes! ¿Eres del Barça o del Madrid o del Atlético?

u  Tararea a Jesús tu canción preferida y pregunta si le gusta.


Propósito: lo normal es querer ser santo.