Jesús
llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga (Mt 13, 54).
Hoy que es
viernes, uno anda ya un tanto ansioso porque ya se acabó la semana. Mi papá
decía que la gente honrada, cuando llega el viernes, se aflige un poquito
porque quiere dejar el mayor número de cosas terminadas; en cambio, los
haraganes, no ven las horas de que se acabe la semana para continuar con su
estilo de vida sin sentido. En cambio tú, Jesús, llegamos a viernes y apenas
está comenzando a enseñar. No descansas. Tienes unas ganas tremendas de llevar
tu palabra a muchos.
¨ ¿Cómo aprovechaste la
semana?
Todos
estaban asombrados y se preguntaban: “¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y
esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama
María su madre…? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?” (Mt 13, 54-56).
Hace unos
años, cuando iba a comenzar el colegio, me ponía muy contento al ver mis útiles
escolares listos, mi lonchera nueva, mi mochila (de Ben 10). Me moría de ganas
por volver a verme con mis amigos y aprender cosas nuevas. Y mis hermanos
mayores me veían como las gentes que tenías tu delante, Jesús: “admirados”.
Cómo quisiera continuar teniendo ese mismo ánimo de aquellos tiempos.
¨ El lunes, cuando
regreses a clases, ve con mucha ilusión.
Propósito: dar gracias a Dios por el colegio.