martes, 5 de julio de 2016

Secretario personal

Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia (Mt 9, 35).
Así resume tu vida san Lucas en los “Hechos de los Apóstoles”: “pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo” (Hch 10, 38). Jesús, me imagino que los apóstoles te ayudarían a organizar un poquito las cosas. Serían como tus secretarios personales que organiza­rían tu agenda y actividades. Probablemente pondrían a los enfermos en algún sitio por dónde Tú pasarías, apartarían a los endemoniados de los demás para que no los asustaran, cuidarían de que tuvieras un rato para comer y descansar, etc. Jesús, a mí también me gustaría ser tu secretario personal y ayudarte.
¨     Ayúdale a Jesús a que pueda pasar entre tus amigos.
Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies (Mt 9, 36-38).
Jesús, mi ilusión es que puedas contar conmigo para lo que sea. Pero apenas te lo digo me entra miedo que te lo tomes demasiado en serio, hasta se me ponen las manos sudorosas y me entra una tembladera en las piernas cada vez que oigo eso que rezan a veces en el Colegio después de Misa: “llama de entre nosotros a los que quieras”. Por eso, te pido que me des un amor grande y generosidad.
¨     Ruega al Señor que envíe obreros a su mies.

Propósito: Ser apóstol, aunque me tiemblen las rodillas.