sábado, 14 de octubre de 2017

Lo primero es el Amor de Dios

¡Hay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hier­babuena, de la ruda y de toda clase de legumbres mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! (Lc 11,42).
¿Qué es más importante, la letra o el espíritu de la letra? ¿Las legumbres o el Amor de Dios? Es lo que les pasaba a los fariseos: se quedaban solo en las legumbres, en cumplir la letra; eso sí, pero para que les viera todo el mundo. ¿No me pasará un poco lo mismo? ¿No seré yo tam­bién un tanto hipócrita? Si eres valiente y quieres saberlo contesta al TEST del HIPÓCRITA: a) ¿Rezo igual, aunque nadie me vea?/ b) ¿Ayudo a los demás, sin que lo noten?/ c) ¿Hago favores?/ d) ¿Alguna vez me aver­güenzo de ser cristiano?/ e) ¿Ayudo al necesitado, aunque me provoque rechazo?
Jesús, lo primero es el Amor de Dios y luego, las legumbres, la hierbabuena.
¡Hay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de ho­nor en las sinagogas y las reverencias por la calle! (Lc 11,43).
Jesús, he superado el primer TEST y ¡no soy Hipócrita! Pero ahora viene la 2ª parte, el TEST del FARISEO. Ánimo y contesta: a) ¿Protesto cuando no tengo un buen sitio en el carro, en la mesa o viendo la TV?/ b) ¿Busco que hablen de mí a toda costa?/ c) ¿Me enfado cuando nadie me llama o no cuentan conmigo?/ d) ¿Me gusta ser el centro de atención?
Jesús, ni Fariseo ni Hipócrita… ¡Pero que no me lo crea!…

Propósito: no creérmelo.