Jesús llegó al
templo y (...) se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo
para preguntarle: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante
autoridad? (Mt 21, 23).
Hubo
una famosa frase que dijo un cantante a un boxeador. John Lennon le dijo un día
a Mohammed Alí: “Cuanto más auténtico seas, más raros serán los demás”. Cada
uno la interpretó a su manera. Jesús, aquellos judíos eran retorcidos y no
buscaban la verdad, sino perderte. Ellos eran “La autoridad”, ellos eran “Los
auténticos”; y los que no fueran como ellos se convertían en raros. Jesús,
ahora pasa igual. A los que queremos ser cristianos se nos llama raros porque
no nos sometemos a lo “políticamente correcto”, al pensamiento dominante del
momento. Jesús, ayúdame a ser como Tú, o mi Madre la Virgen, auténticamente
cristiano, sin dejarme llevar de complejos de inferioridad.
·
¿Por miedo a
quedar mal me hago el que no le conozco?
Jesús les
replicó: os voy a hacer yo también una pregunta (Mt 21, 24).
Jesús,
a mí me puedes hacer no sólo una, sino muchas preguntas. Y lo haces porque
cuando hago oración no paras: –¿Por qué estás tan serio? –¿Por qué no me
cuentas un chiste? –¿Por qué no me cantas algo? ¿Por qué no hablamos de aquello
de lo que te estás haciendo el loco?
·
Deja que Jesús
te pregunte lo que quiera. Eso sí, responde y no te hagas el desentendido.
Propósito:
responder a Jesús.