viernes, 12 de septiembre de 2014

Ciegos

Les dijo también una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? (Lc 6, 39).
Pues para ayudar a los otros, lo primero es estar en gracia. Jesús, me parece entender que uno no puede dar lo que no tiene. Si tengo amor a Dios, puedo ayudar a otros a que lo amen. Te quiero contar Jesús, que cuando tengo la desgracia de caer en algún “pecadote” me quedo como ciego y voy por ahí haciendo burradas y enojado con todos y conmigo mismo. Ayúdame a correr a confesarme y que me mueva el querer ayudar a los demás con una vida limpia.
u  Cuéntale a Jesús cuando te pones ciego
¿Cómo puedes decir a tu hermano: hermano, deja que quite la paja que hay en tu ojo, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad cómo sacar la paja del ojo de tu hermano (Lc 6, 42).
Pues más claro no puedes decirlo, Jesús. A mi esto que dices es como poner el dedo en la llaga, ya que eso de andar señalando los errores de los demás a mi se me da muy bien. Soy como un periodista investigador e historiador. Cuando me pongo tonto soy capaz de señalar los errores presentes y pasados de cualquiera. Jesús, ayúdame a ser humilde y a no ser tan criticón.
u  Sigue pidiéndole humildad a Jesús.

Propósito: no ser un criticón especialmente con mi familia.