sábado, 6 de septiembre de 2014

Miedo al qué dirán

Sucedió un sábado que, al atravesar los sembrados, sus discí­pulos arrancaban espigas y, desgranándolas con las manos, las comían (Lc 6, 1).
Los apóstoles como están contigo Jesús, no se preocupan si los demás les critican o hablan bien de ellos. No tienen miedo al qué dirán. Muchas veces, Jesús, me doy cuenta que para caerles bien a los demás miento o no digo lo que realmente pienso que es bueno. Me da miedo que piensen que me tomo demasiado en serio a Dios. Jesús, yo no quiero ser un carreta o un mentiroso. Ayúdame a ser coherente siempre.
u  Pregúntate: ¿digo mentiras por quedar bien?
Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor del sábado (Lc 6, 5).
Me parece entender Jesús, que si me doy cuenta de que Tú estás por encima de todo y de todos, lo que me debe importar es lo que digas y pienses de mí. Así seré siempre coherente y fiel a Ti. Dentro de 20 días beatificarán a don Álvaro y se cuenta de él que era un hombre muy fiel y por eso siempre estaba sereno y alegre. Y entiendo que estuviera sereno y alegre porque vivía sólo para darte alegrías a Ti sin la preocupación de buscar gloria humana.
u  Pregúntate otra vez: ¿digo mentiras por quedar bien?

Propósito: No decir mentiras.