sábado, 4 de octubre de 2014

San Francisco de Asís. Jesús, soy el “raro que te quiere”

Las zorras tienen sus guaridas y los pájaros del cielo sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar su cabeza (Lc 9,57-62).
Las hormigas tienen sus hormigueros, las abejas sus colmenas, las ara­ñas sus telas, los ratones sus agujeros, mis hermanos su habitación… Mira, Jesús, mientras yo viva, tú tranquilo, que no te faltará una casa, un techo. Estarás siempre conmigo, ¡de verdad! ¡Te lo prometo…! Te llevaré siempre conmigo. Jesús yo quiero ser tu templo, ¡soy Templo del Espíritu Santo!: tu refugio, tu escondite, tu consuelo y tu descanso, donde pue­das echar una cabezadita o unas risas de vez en cuando. Me sé unos chistes estupendos… ¿Te he contado alguna vez el del gringo gorrón…?
Jesús descansa en tu alma. Dile que ya no quieres ser más su pesadilla.
Las zorras tienen sus guaridas y los pájaros del cielo sus nidos
Jesús, hoy te pido por todos los Franciscos, Pacos, Pacorros, Paquitas… del mundo. Hoy es la fiesta de uno de tus grandes amigos, San Francisco de Asís, también amigo de la naturaleza y de los animales: hermano Sol, hermana Luna, hermano pájaro… Como soy bastante animal y también bastante pájaro le pido a San Francisco que me domestique, que me convierta en tu mascota preferida, en tu animal de compañía. Jesús, perdóname que todavía sea un poco, o bastante raro, pero con tu gra­cia, con mi lucha y con el paso del tiempo me corregiré.
Con la imaginación hazle unas cucamonas de mascota delante de Jesús.

Propósito: Ser la “+cota” de Jesús (menos animal y más racional).