En
aquellos días salió al monte a orar y pasó toda la noche en oración a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y de entre ellos eligió a doce, a
los que denominó apóstoles (Lc 6, 12-13).
No eran los más guapos, ni los más inteligentes, ni los más
fuertes, ni los más valientes... Eran eso, los elegidos por Jesús para
ser sus amigos. Llamó a los que él quiso, (...) para que estuvieran con
Él (Mc 3, 13-14). Jesús, a cada uno le llamas por su nombre y quizá
también me llamas a mí.
Pregunta
a Jesús si te necesita, por si acaso…
Simón, a
quien también llamó Pedro, y a su hermano Andrés, a Santiago, a Juan, (…) a
Santiago de Alfeo, a Simón, llamado Zelotes, a Judas de Santiago y a Judas
Iscariote, que fue el traidor Lc 6, 14-16
Hoy es la fiesta de dos de tus apóstoles Simón, llamado Zelotes, y Judas de Santiago, los últimos de la lista. Por no tener, no tienen ni fiesta propia.
Son los más simples del colegio apostólico y los pobres deben conformarse
hasta con compartir celebración. Es como cuando se hacen equipos, te dejan para
el final y te meten en un grupo: y esos dos para ti... No destacaron por
sus condiciones: Simón el Cananeo no abrió la boca en todo el evangelio y a
Judas Tadeo le tocó llevar el mismo nombre que el traidor. Eran talentos
medios, muy normales, como yo. Pero el Señor al llamarlos, les transformó.
Jesús, yo también soy simple, un talento medio. Quiero ser tu
apóstol.
Jesús,
¿te sirve un talento medio?
Propósito: estar atento a la llamada.