lunes, 23 de noviembre de 2015

Dale tú lo que le puedas dar

Alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el cepillo del Templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedas pequeñas (Lc 21, 1-2).
Jesús, este pasaje del Evangelio es la segunda vez que sale en este mes. Me estás llamando a ser generoso pero de verdad. Si me ayudas estoy dispuesto a darte:
Atrévete a llenar el espacio en blanco.
¿No has visto las lumbres de la mirada de Jesús cuando la pobre viuda deja en el Templo su pequeña limosna? -Dale tú lo que puedas dar: no está el mérito en lo poco ni en lo mucho, sino en la voluntad con que lo des (Camino 829). Mi generosidad, mi entrega, Jesús, es lo que te hace descansar, lo que te consuela. ¿Hasta dónde estoy dispuesto a ser ge­neroso con mi tiempo, con mi dinero, con mi vida? ...
Atrévete a llenar el espacio en blanco

Propósito: ser algo más generoso.