sábado, 21 de noviembre de 2015

Presentación Virgen. Porque para Él todos están vivos

No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para Él todos están vivos (Lc 20, 38).
Mis buenas amigas las Ánimas Benditas del Purgatorio están vivitas y co­leando. Porque para Él todos están vivos. Este mes tienen que estar bien contentas porque llevo un montón de sufragios ofrecidos: Misas, Rosarios, Via Crucis... Si cada día saco por lo menos 1 del pozo y lleva­mos ya 24 días, si las matemáticas no me fallan ya he rescatado ¡24 ánimas! No está nada mal para un tío negado como yo. Pero lo mejor es que van como cohetes directamente al Cielo. Ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios (Lc 20, 36). Y desde allá arriba recibiré alguna ayudita. Por lo menos eso espero. ¿No?
Piensa en los difuntos de tu familia que pueden necesitar tus oraciones.
Y no se atrevían a hacerle más preguntas (Lc 20, 40).
De pequeño era famoso por las preguntas tan impertinentes que ha­cía. Mi abuela se reía mucho y decía que cuando creciera iba a ser detective. ¡Lo quería saber todo!:— ¿Y por qué…? Bueno, Jesús, yo no soy como los atontados de tus discípulos. Prepárate que te voy a fusilar a preguntas: — ¿Por qué es tan guapa tu Madre? — ¿Por qué me quieres tanto? — ¿Por qué matan a los niños antes de nacer? — ¿Por qué hay guerras? — ¿Por qué soy tan bicho? — ¿Por qué no saco más almas del Purgatorio? — ¿Por qué no dejo de preguntarte?
Termina la oración haciendo preguntas impertinentes a Jesús.

Propósito: vaciar el Purgatorio.