Le preguntaban cuándo iba a
llegar el Reino de Dios, Jesús les contestó: (…) El Reino de Dios está dentro
de vosotros (Lc 17, 20-21).
Jesús, cada
día al rezar el Padrenuestro digo: Venga a nosotros tu Reino, y
ahora me dices que el Reino de Dios está dentro de vosotros. Jesús,
algo me sospechaba. Si no, ¿por qué siempre estoy contento?, ¿por qué encuentro
tanta paz y tanta alegría dentro de mí? En mi alma en gracia te encuentro a ti.
Algunos de mis amigos, sorprendidos, me preguntan: ¿pero bro… qué pasa
contigo?, ¿Es que a ti nunca te duelen las muelas? ¿No tienes problemas?. Y yo
pienso —¿Por qué voy a estar triste si tengo a Dios en mi alma, si soy hijo del
Todopoderoso, hijo de Dios?
Dile a Jesús que quieres vivir con la alegría
del que se sabe hijo de Dios.
Como el fulgor del relámpago
brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del Hombre en su día (Lc 17,
24).
Jesús, este
verano vi con mis hermanos una gran tormenta. Era de noche, desde la ventana,
con las luces apagadas llenos de miedo, veíamos caer los rayos cada vez más
cerca. Con cada relámpago se iluminaba toda la habitación como si fuera de día.
Jesús, con el fulgor de tu luz ya no hay oscuridad en mi vida.
Jesús, sabes calmar
tempestades del alma. Llena de calma mi alma.
Propósito:
alma calma.