sábado, 10 de diciembre de 2016

Viene a la tierra para padecer

Yo os digo que Elías ya ha venido y no lo han reconocido, sino que han hecho con él lo que han querido (Mt 17, 12).
Me encanta la “Hª Sagrada”, la historia de tu Pueblo. Te tengo que confe­sar que a veces voy a leer las vidas de los Reyes, los Profetas, y tantos hé­roes en un libro con dibujos de mi abuelita que se llama “Historia Sagrada para Niños”. Dame, Jesús, la fe de Moisés, el coraje de Jonás –aunque al principio fue un cobarde– y la fuerza de Sansón. Pero ahora te pido per­dón por los que se iban a adorar a dioses falsos y por los que rechazaron a los profetas hasta darle matarile como a Juan Bautista. Yo no te quiero traicionar nunca. Ayúdame, Jesús, a serte muy fiel siempre.
Señor ¿te he traicionado últimamente?... Perdóname.
También el Hijo del Hombre ha de padecer de parte de ellos (Mt 17, 12).
Primero se echaron a los profetas y luego Jesús, te clavaron en una Cruz, después de flagelarte, coronarte de espinas, cargarte con la cruz… Físicamente lo hicieron ellos, unos cuantos romanos y judíos, pero en el fondo lo hicimos todos los hombres con nuestros pecados. Mi abuela, la del libro de dibujos, tenía una imagen del Niño-Dios acostado no en una cunita, sino en una Cruz, abrazándola. Y ahora me acuerdo del villancico “mi Madre es del Cielo, mi Padre también,/ yo vine a la tierra para pade­cer”. La Navidad es muy bonita, pero Tú, Jesús, sabías a lo que venías, y viniste. Ayúdame a sufrir cuando me toque, para unirme a tu Cruz.
Repite a Jesús que no quieres tener miedo a la Cruz.

Propósito: Hacer unos sacrificios diarios hasta el día 24.