jueves, 21 de diciembre de 2017

4to Jueves de Adviento

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. (Mt 1, 18).
Este domingo el evangelio de la Misa se adelanta un poco a lo que va a pasar dentro de unos días. Es algo así como cuando uno sin querer cuenta el final de una película llevado de la emoción o de lo mucho que le gustó. Cuando las películas son buenas, me dijo un amigo una vez, aunque te cuenten el final, igual disfrutas cuando la ves. Esta película, esta historia de la vida real, no importa escucharla o verla una y otra vez. Los personajes: Dios Padre, que envía al Espíritu Santo; Dios Hijo que se encarga en María, José, el varón justo que no va a saber qué hacer al comienzo.
La historia del nacimiento de Jesús es también tu historia, escúchala con mucha atención.
José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto (Mt 1, 19).
Y aquí viene la mejor parte. El ángel en sueños le dice a José su papel en esta espectacular aventura. Ni se lo imaginaba. Ni se lo imaginaba, realmente fue un sueño hecho realidad. ¿Qué cosas tendrás preparadas para mí Jesús? ¿Qué sueños harás realidad con mi vida?
¿Qué tan grandes son tus sueños? ¿Estás preparado para dejarte sorprender por Dios?

Propósito: descubre que en la vida de Jesús, está la tuya