Por
aquellos días el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un censo en todo el
imperio (…) Todos iban a inscribirse a sus respectivas ciudades (Lc 2,1-3).
Jesús, cuando ya todo está
preparado para recibirte lo mejor posible, San José y la Virgen María tuvieron
la noticia de que debían viajar a Belén. Fue una gran contrariedad porque los
viajes eran entonces muy molestos. Sin embargo, no protestaron. Enseguida se
pusieron a preparar las cosas para salir cuanto antes. Aquel cambio de planes
–como a todos nos sucede cuando nos mandan algo que no nos gusta– les costó trabajo.
Pero ellos sabían que al obedecer a quien lo había ordenado estaban obedeciendo
a Dios. No pusieron mala cara y obedecieron rápidamente.
Dile a Jesús que quieres obedecer y siempre a
la primera.
José
como era descendiente de David, salió de la ciudad de Nazaret de Galilea y
subió a Judea, a la ciudad de David llamada Belén (Lc 2, 4-5).
Jesús, en este día de la Novena de
Navidad, voy a preparar la venida del Niño Dios obedeciendo siempre a la
primera, sin que me digan las cosas dos o tres veces, y con alegría, sonriendo
siempre. Además en mi casa me suelen mandar cosas sensatas, porque a saber que
mosca le picó al Rey de Roma para mandar eso del censo. Obedeciendo me pareceré
más a Ti, Jesús, y a María y a José.
Jesús, que aprenda de San José: era
descendiente de reyes y obedeció.
Propósito:
Repito: Obedecer a la 1ª y J.