domingo, 10 de diciembre de 2017

El verdadero descanso

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. (Mt 11, 28).
A estas alturas del año, muchos hablan ya de planes para cuando llegue la Navidad. A Jesús le da gusto que queramos descansar junto a Él. He oído gente que dice “para mí, descansar es pasarlo en familia”. Al final eso haremos cuando lleguen esos días. Pasarlo en familia, junto a Jesús, María y José. La verdad es que al final, lo que de verdad descansa es estar contigo, Jesús; y dar amor. Otras cosas, dormir, comer o hacer relajo, algo ayuda, pero nada como saber que todo está en tus manos.
¿Cansado? Probá descansar con Jesús, hablándole en el Sagrario.
Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera” (Mt 11, 30).
Creo que una de las cosas que más agobia son los problemas en los que uno se metió por su propia culpa. Por ejemplo, cuando uno no dijo la verdad o dejó de hacer lo que le habían mandado. Pero ese no es el “yugo” que nos pides que llevemos, Jesús. Tu yugo consiste en una carga que a la larga es ligera: la carga de obedecer, de estudiar a su tiempo, de ser sincero o de no agarrar a escondidas las cosas. Esto da descanso. Basta ver las caras de los que sacaron buenas notas y no andan afligidos en vacaciones.
Descansa haciendo lo que Jesús espera que hagas.

Propósito: Descansar ayudando mucho en la casa.