sábado, 20 de octubre de 2018

El Espíritu Santo hablará por vosotros


Todo el que me confiese ante los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios (Lc 12, 8-9)
Jesús, hay momentos en los que se me pasa por la cabeza hacerme budista, narcisista o de cualquier otra religión. Lo que sea, menos cris­tiano. ¡Cómo cuesta ser cristiano! Es cuando en mi grupo de amigos, que son muy buenos, hay alguno que se quiere hacer el gracioso y se mete con la Iglesia o el Papa. Pobrecito; lo único que hace es repetir la última tontería que ha oído en la TV. Entonces me acuerdo de la traición de San Pedro, que te negó, le encomiendo y con cariño le dejo las cosas claras, eso sí, antes de que cante un gallo.
Lo de Budista y Narcisista ni de broma: Todo lo que vale, cuesta.
No os preocupéis de cómo defenderos, o qué tenéis que de­cir, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquella hora qué es lo que hay que decir” (Lc 12, 11-12).
San Josemaría, como todos los santos, acudía mucho al Espíritu Santo pidiéndole inspiración. En la sala donde recibía las visitas hizo poner una cartela con una inscripción latina que traducida dice: “Señor, pon en mi boca palabras acertadas”. ¿Servirá también para los exámenes orales?
Señor pon en mi boca palabras acertadas y cosas ricas de comer.
Propósito: hacerme más amigo del Espíritu Santo.