miércoles, 10 de octubre de 2018

¡Porque has sido fiel en lo poco!


Quien es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho; y quien es injusto en lo poco también es injusto en lo mucho (Lc 11, 1-2).
¡Cómo me impresionó! No fue solo su piedad, su amable conversa­ción, ni su natural elegancia, ni siquiera su buen gusto. Lo que real­mente me impresionó fue que aquel día cambió el rollo de papel en el baño… No nos olvidemos, decía un poeta, que los hombres, a lo más grande que pueden llegar, es a ser hacedores de cosas pequeñas. Y quizá, algún día, con la gracia de Dios oiremos aquello de: Muy bien siervo bueno y fiel. Porque has sido fiel en los poco… (Lc 19,11), porque cambiaste el rollo de papel y ordenaste la habitación y recogiste la mesa y te hiciste la cama…
Dile a Jesús que te ayude a descubrir cómo amarle en las cosas pequeñas.
Dios conoce vuestros corazones; porque lo que parece ser excel­so ante los hombres, es abominable delante de Dios (Lc 11,3-4).
Jesús, no hay cosa más absurda que hacer trampas jugando al soli­tario. Y es que es de tontos eso de engañarse a sí mismo. Jesús, tú me conoces mejor que yo, hasta el último rincón de mi alma, de mi con­ciencia. Qué no quiera aparentar, dar imagen, que no me engañe, porque lo que parece ser excelso ante los hombres, es abominable delante de Dios Jesús, quiero dar sólo tu imagen.
Jesús ayúdame a hacer todas las noches un buen examen de conciencia.
Propósito: cuidar las cosas pequeñas