domingo, 31 de mayo de 2015

Santísima Trinidad. Tanto amó Dios al mundo…

Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn 3, 16).
Hoy celebramos que Dios es una familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Hoy repetiré saboreando esta oración a la Santísima Trinidad: Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verda­dero. Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo; espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
u Intenta decirle algo a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn 3, 17).
La oración de arriba termina de esta manera: Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la Santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo a María santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí mismo.
u Atrévete a decirle a cada una de las Personas de la Santísima Trinidad que crees en Él, esperas y le amas.

Propósito: Creer, esperar y amar

sábado, 30 de mayo de 2015

Sólo el Amor es digno de Fe

Mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: —¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado seme­jante autoridad? (Mc 11,27).
Aquella religiosa había dedicado toda su larga vida a la docencia en distintos colegios, con fama de buenísima profesora. Llevaba ya unos años jubilada cuando inesperadamente sufrió un derrame cere­bral. El sacerdote que le administró la Unción de Enfermos quiso saber el secreto de su éxito: —¿Por qué siempre te han querido tanto tus alumnas? (era una realidad constatable). Respuesta —Porque yo las quiero mucho. —¿Y con las más rebeldes? (su especialidad eran las adolescentes rebeldes). Respuesta: —A esas las quiero mucho más. Es la autoridad que da el Amor, porque, no podemos olvidar: sólo el Amor es digno de Fe.
u Pide a Jesús un corazón tamaño BUS, donde quepa mucha gente.
Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este ense­ñar con autoridad es nuevo (Mc 1, 27).
Jesús, Tú enseñabas con la autoridad del que sabe amar. Puede más el cariño que dos horas de pelea, porque —como decía el poeta San Juan de la Cruz— donde no hay amor, pon amor y sacarás amor.
u Pregunta a Jesús: ¿Dónde tengo que poner más amor? y terminas

Propósito: usar la autoridad del amor.

viernes, 29 de mayo de 2015

Mi casa se llamará casa de oración

Llegaron a Jerusalén, entro en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas (Mc 11, 16).
Jesús, se me hace raro. Me cuesta imaginarte volcando las mesas y echando a la gente. ¿No eres el Manso y humilde de corazón? Y es que no aguantabas, no podías soportar ver la Casa de tu Padre con­vertida en un mercado, ni aguantas la hipocresía, ni el escandalizar niños, ni la mentira...
u Jesús, ayúdame a tener fortaleza con un corazón manso como el tuyo
¿No está escrito: Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos? Vosotros en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos (Mc 11, 17).
Visitando aquel famoso Templo todo era un pulular de gente pintores­ca, de un sitio a otro, mirando y remirando. Nos sentíamos incómodos. Daba la sensación de ser cómplices de una profanación colectiva. Preguntamos entonces al guía, buen cristiano, sobre el horario de Misas. Nos contestó, entristecido, que en ese Templo no había culto y con dolor citó a San Marcos: habéis convertido mi Casa en cueva de bandidos. Jesús, cuando entre en una iglesia, por muy bonita que sea, lo primero que haré será buscarte en el Sagrario para saludarte con cariño y ha­certe compañía. ¡Tú eres el tesoro más grande! Te pediré por todas las personas que, sin darse cuenta de tu Presencia, entran en las iglesias.
u ¿Necesita limpieza tu alma?

Sacar bandidos de mi alma. Que sea menos cueva.

jueves, 28 de mayo de 2015

Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Ardientemente...

Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer (Lc 22,15).
Jesús, hoy es un día para rezar por los sacerdotes: don Braulio, el cura de mi parroquia; don Ezequiel, que me bautizó; don David que me dio la Primera Comunión… Y es que para ser sacerdote hay que que­rerte mucho, Jesús mío. El Santo Cura de Ars decía: El sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús. Cuando veas al sacerdote, piensa en Nuestro Señor. Y también decía: ¡Oh! ¡Qué cosa es el sacerdote! Si él se percatara de ello, moriría... Quizá por eso hoy en Misa se dice: Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos, van configurándose a Cristo, y han de darle así testimonio constante de fidelidad y amor.
u Jesús te pido por los sacerdotes conocidos, para que te quieran más.
Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros (Lc 22,19).
Una noche de Navidad, Juan María Vianney, sosteniendo la Santa Hostia sobre el Cáliz, la miraba «tan pronto con lágrimas como con una sonrisa. Parecía hablarle, y luego volvían a brotar las lágrimas y, más tarde, las sonrisas». Al acabar la Misa le dijeron que le notaron muy emocionado. El Santo Cura de Ars contestó: En efecto. Es que se me había ocurrido una idea rara. Le decía a Nuestro Señor: «si yo supiera que había de tener la desgracia de no verte durante toda la eternidad, ya que ahora Te tengo, no Te soltaría»
u Dile: Jesús, ya que ahora te tengo, no te suelto.

Propósito: no soltar nunca a Jesús.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Flores de desagravio

Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, lo condenarán a muerte (Mc 10, 33).
Madre mía, mi primo (lejano) Fernando, que es de Cádiz (España), siempre me cuenta la historia de la Vulnerata (la herida, la injuriada), que tanto me gusta. Así se llama una talla de la Virgen que fue pro­fanada en Cádiz en el siglo XVI por una incursión de piratas ingleses protestantes. Cuando la encontraron, estaba llena de cuchilladas, sin Niño y sin brazos. Otros ingleses, los seminaristas del Colegio de San Albano de Valladolid, al enterarse de lo sucedido, pidieron la imagen para su capilla. Desde entonces, hace más de 400 años, la talla, sin restaurar pero de gran belleza, recibe el cariño y el desagravio de futuros sacerdotes ingleses por lo que hicieron sus compatriotas.
u Y, yo ¿desagravio por mis pecados?
Lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará (Mc 10, 34).
Virgen Santa, ¡cuánto sufriste con la Pasión de tu Hijo! ¡Cuánto su­fres por cada uno de tus hijos heridos! Al considerar la historia de la Vulnerata me acuerdo de tantas personas Vulneradas, que han su­frido abusos, con heridas físicas y morales abiertas, que quizá nunca cerrarán. Son Cristo sufriente, son de nuevo, en vivo, la historia de la Vulnerata.
u Conozco alguna persona Vulnerada (injuriada) a la que consolar.

Propósito: Ofrecer flores de desagravio.

martes, 26 de mayo de 2015

El ciento por uno y la vida eterna

Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido (…) Recibiréis ahora, en este tiempo cien veces más (…) y la Vida Eterna (Mc 10, 28.30).
Jesús, me has convencido. Creo que voy a invertirlo todo en ti, en Bonos del Tesoro, pero del Tesoro del Reino de los Cielos. Seguiré tu consejo: Amontonad tesoros no en la Tierra (…) Amontonad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroe, y donde los ladrones no socaban ni roban (Mt 6,19.20). Ahí no hay crisis econó­mica nunca. Jesús, amontonaré generosidad, buen humor, alegría, saber perdonar, estudiar, obedecer, sacar buenas notas, tener ami­gos, obras de misericordia, iniciativas para transformar la sociedad...
u ¿Voy llenando de cosas buenas mi cuenta corriente en el Bank of Heaven?
Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón (Mt 6,21).
¡Vale la pena! ¡Vaya si vale la pena! Me pasa, Jesús, que me emocio­no y entiendo todo muy bien, entiendo que vale la pena arriesgarlo todo por Ti. Pero, luego, me quedo sólo en las buenas intenciones, en buenos deseos pero hasta ahí. Estamos casi por terminar el mes de mayo, y le pido a la Santísima Virgen que mis acciones sean más largas que mis palabras, más largas que mis deseos. Madre mía, que se me grabe y lleve a la práctica que obras son amores y no buenas razones.
u Sigue platicando con María para concretar.

Propósito: Obras y no buenas intenciones.

lunes, 25 de mayo de 2015

Tú no quieres a Dios… tú cumples mandamientos

Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: Maestro bueno ¿qué haré para here­dar la vida eterna? (…) Jesús se le quedó mirando con cariño (Mc 10,17. 21).
Jesús, aquel muchacho tenía muy buenas intenciones y muy bue­nas cualidades: era un auténtico atleta: se le acercó corriendo, y a la vez sabía ser humilde se arrodilló. Seguro que tendría la mirada limpia, vida limpia, buena presencia… Vamos, un buen tipo, como yo… más o menos. ¡Y quería ir al Cielo! ¡Buscaba la santidad! …como yo. Por eso le miraste y me miras con tanto cariño. Jesús, yo también soy buen deportista, cumplo los mandamientos desde pequeño, me confieso, acerco almas a Dios… Jesús, y a mí, ¿qué más me falta?
u ¿Qué te pide Dios?
Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo y luego sígueme. A estas palabras, el se entristeció y se marchó pesaroso (Mc 10,21).
Jesús, entiendo perfectamente lo que sucedió. A mi me ha pasado y me pasa. Cuando veo que me pides algo y me hago el loco por no darte eso que me pides, primero ando medio estresado, luego enoja­do y acabo siempre triste. ¡Cuantas veces me he resistido a darte eso que me pides! Estamos todavía en mayo, le pido a la Virgen Santísima que me ayude siempre a decir que sí, pero un sí rápido, total y real.
u Habla con María sobre lo que piensas que Jesús te está pidiendo

Propósito: Flores de generosidad para María.

domingo, 24 de mayo de 2015

Pentecostés

Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la Madre de Jesús (Hch 1,14).
Para que venga el Espíritu Santo es necesaria la oración, junto a María. Por eso hoy vuelvo a decir la oración que escribió San Josemaría: ¡Ven, oh Espíritu Santo! Ilumina mi entendimiento para conocer tus mandatos; fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo; infla­ma mi voluntad… He oído tu voz, y, no quiero endurecerme y resistir diciendo: Después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora! No vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría. Espíritu de entendimiento y de consejo. Espíritu de gozo y de paz! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras.
u Repite despacito la oración al Espíritu Santo.
Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se re­partían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo (Hch 2, 2-3).
Sigue hablándole al Espíritu Santo con la siguiente oración: Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido. Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado. Concede a tus fieles, que en ti confían tus siete sagra­dos dones. Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales la felicidad eterna.
u Pídele a la Esposa del Espíritu Santo, a María, deseos de ser santo y apóstol.

Propósito: Seguir pidiendo.

sábado, 23 de mayo de 2015

¿A ti qué? Tú sígueme…

Volviéndose Pedro, vio que le seguía el discípulo a quien Jesús amaba, (…) Pedro dice a Jesús: Señor y éste ¿qué? (Jn 21,20-21).
Es lógico. San Pedro quería al muchacho, y Juan —es él mismo quien nos lo cuenta—, lo notó. Jesús, yo también quiero a mis ami­gos, como Pedro quería a Juan; y también noto que esa amistad me hace vulnerable: me duelen sus dolores, me pesan sus pesares, pero también me alegran y comparto sus alegrías. Jesús, lo bueno de ser tu amigo es que también mis amigos son tus amigos. Y en la oración repaso mis amistades y te pregunto: Señor y éste ¿qué? y el otro y el de más allá, y aquella…
u No soy ni Iron man ni nada, yo soy vulnerable a las necesidades de los demás. Pídele a Jesús querer cada vez más a tu familia y amigos.
Jesús le respondió: Si quiero que éste se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme (Jn 20,22).
—¿Dónde va Vicente?... Donde va la gente. ¡Pobre Vicente!; no tiene personalidad. Lo de menos es llamarse Vicente, Juan o Pedro. Jesús, que no esté tan pendiente de lo que hacen o dejen de hacer, digan o dejen de decir los demás. No quiero ser una marioneta en sus ma­nos. ¡Tengo personalidad! Por eso a mí también me dices: ¿A ti qué? Tú sígueme. Jesús, quiero estar siempre contigo, te seguiré.
u Hoy que es sábado, día de la Virgen, ¿con quién puedo hacer apostolado?

Propósito: Flores de apostolado para María. 

viernes, 22 de mayo de 2015

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío

Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Él le contestó: Si, Señor, tu sabes que te quiero (…) Por segunda vez le pre­gunta Simón, hijo de Juan, ¿me amas? (Jn 21, 15-17).
Jesús, a veces me cuesta, por timidez, manifestar mi cariño a las per­sonas que tanto quiero: mis papás, amigos… a ti. Por eso mi mamá, en broma, me compara con el cactus de la sala de estar, al que no se le puede besar. Sin embargo, Jesús, tengo mucho corazón y quiero que mi respuesta sea como la de Pedro: Señor, Tú conoces todo, Tú sabes que te quiero.
u Como a las madres, Jesús necesita que le digas lo mucho que le quieres, y también la Virgen. Díselo y díselo con flores de jaculatorias.
Por tercera vez le pregunta: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? (Jn 21, 19).
San Josemaría escribió: Pierde el miedo a llamar al Señor por su nombre —Jesús— y a decirle que le quieres (Camino 303). Busca el Sagrario más cercano y repite en los idiomas que sepas, en prosa, en rima, en verso, cantando, tarareando, silbando: Jesús, Te amo; Jesús, Te quiero; Te amo; Jesús, Te quiero; Ti voglio bene (italiano); Jesús, Te quiero; Te amo; Jesús, Te quiero; I love You, Te amo; Jesús, Te quiero; Te amo; Jesús, Te quiero; Amo te (latín); Jesús, je t’aime (francés); Te amo; Jesús, Te quiero… así elevado a la “n”.
u ¿Cuántas veces se lo digo cada día? Bate tu marca personal. Y díselo también a María.

Propósito: batir récords de flores de jaculatorias.

jueves, 21 de mayo de 2015

Jamás se ha oído decir...

Padre, este es mi deseo: que los que me confiaste estén con­migo donde yo estoy y contemplen mi gloria (Jn 17, 24).
Aquel niño travieso, ¡qué bien conocía a su mamá! Cada vez que co­metía alguna travesura, alguna barrabasada, no esperaba a ser des­cubierto sino que, corriendo buscaba a su madre: —Mamá, mamá… Ésta, asustada por los gritos, acudía de prisa: —¿Qué pasa hijo mío? ¿Qué sucede? —Mamá, mamá bonita… Y la mamá, de golpe, lo entendía todo. Hoy todavía estamos en el mes de mayo. Ya nos que­da la mitad… ¿De qué lío me puede sacar la Virgen? Pídele que te auxilie. ¿No es acaso tu Madre?
u No hay tentación que aguante un avemaría bien rezado.
Padre santo, no sólo te pido por ellos, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno (Jn 17, 20).
Hoy es buena ocasión de rezar muchas veces el Acordaos, un autén­tico chantaje a la Virgen: Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido des­amparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. ¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y aco­gedlas benignamente. Amén.
u Aprenderme de memoria el Acordaos.

Propósito: rezar el Acordaos.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Amar al mundo “apasionadamente”

No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del mal (Jn 17, 15).
Jesús, me gustan mucho las cosas del mundo: las hamburguesas y las puestas de sol, y ver a las hormigas todas en hilera, y me muero de risa con los chistes de mi hermano, y las carreras de motos, y hacer castillos de arena en la playa, y las papitas fritas. Jesús, me gusta silbar, y quemar cohetes (aunque estén prohibidos) Jesús, me gustan tantas cosas del mundo porque sé que a ti también te gustan, porque es en medio del mundo donde te encuentro.
u Pide a Jesús “amar apasionadamente al mundo” sin hacerte “mundano”.
Padre, como Tú me enviaste al mundo, así los envío yo tam­bién al mundo. (…) para que también ellos sean santificados en la verdad. (Jn 17, 18-19).
Jesús, ¿cuál es mi misión? Y quizá me respondes: ser santo en medio del mundo, como nos recordaba San Josemaría: Allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo (…). En la línea del horizonte, hijos míos, parece unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria. Jesús mío, es en mi corazón, en las cosas que amo tanto, el sitio donde te encuentro.
u Pídele a la Virgen que te alcance deseos de ser santo y apóstol.

Propósito: flores de santidad

martes, 19 de mayo de 2015

Gloria a Cristo Jesús...

Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique (Jn 17, 1).
¡Faltan cinco minutos!; ¡Es la hora…! Avisa en clase el encargado con puntualidad suiza, casi como un “reloj de cuco”. También Jesús avisa a su Padre: Padre, ha llegado la hora… Todo llega, es cuestión de tiempo: hay tiempo para reír y tiempo para llorar; tiempo para sembrar y tiempo para cosechar; tiempo para trabajar y tiempo para descansar… Todo tiene su tiempo y Dios su eternidad. Padre, ha llegado la hora… El Hijo, el Padre junto al Espíritu Santo serán eternamente glorificados por los coros de los Ángeles, de los Santos y, aunque desafino un poco, también por mí.
u Pídele a Jesús saber aprovechar el tiempo
Tuyos eran, me los confiaste y han guardado tu palabra. (…) Yo ruego por ellos; (…) he sido glorificado en ellos (Jn 17, 6.9.10).
Cuando hablan bien de mí, y lo oigo me pongo colorado. Jesús, gracias por los piropos: han guardado tu palabra; he sido glorificado en ellos. ¡Qué otra cosa voy a hacer! Que toda mi vida sea guardar tu palabra y darte gloria por los siglos de los siglos. Amén.
u Termina diciendo que quieres glorificar a Jesús con tu santidad.

Propósito: aprovechar el tiempo.

lunes, 18 de mayo de 2015

Confiad, Yo he vencido al mundo

Mirad que llega la hora, y ya llegó, en que os dispersaréis cada uno por su lado, y me dejaréis solo, aunque no estoy solo porque el Padre está conmigo” (Jn 16, 32).
Jesús, que poco me queda de este mes. Muy pegadito a tu Madre, el mes de Mayo se me ha pasado volando. ¡Qué buen mes de Mayo! Dentro de nada llega Junio con las vacaciones de medio año, y se cumplirá eso de Llega la hora, y ya llegó, en que os dispersaréis cada uno por su lado. Quiero seguir viviendo este mes con mucho amor a la Virgen para nunca dejarte abandonado.
u Dile a Jesús que nunca le dejarás. Jamás. Díselo muchas veces.
En el mundo tendréis tribulación, pero confiad: yo he vencido al mundo (Jn 16, 33).
Jesús, son los exámenes lo que me da un poco de miedo. ¿Lo sabré todo? ¿Me dará tiempo a estudiar? ¿Sacaré buenas notas? Pero lo peor es que me pongo nervioso y trato con dureza a los que me rodean. No quiero ni hacer un solo favor en la casa. Me encierro en lo mío y a los demás que se las vean. En el mundo tendréis tribulación… y exáme­nes. Jesús, Tu también ¿vences a los exámenes? ¡Pues claro!
u Dile a Jesús que durante los exámenes, vas a ser más cariñoso.

Propósito: además de estudiar mucho, repetir: Virgen Santa, Virgen Pura, haz que apruebe esta asignatura.

domingo, 17 de mayo de 2015

La Ascensión del Señor

Mientras ellos miraban, se elevó, y una nube lo ocultó a sus ojos. Cuando estaban mirando atentamente al cielo mien­tras Él se iba, se presentaron junto a ellos dos hombres con vestiduras blancas que dijeron: Hombres de Galilea, ¿qué ha­céis mirando al cielo? (Hch 1, 10-11).
¡Pobrecitos! ¡Qué cara se les pondría a los discípulos! Miraban y re­miraban... Quizá, pensaban, detrás de la nube aparecería de nuevo Jesús. Y pasaba el tiempo y pasaban las nubes y nada. Algunos cu­riosos que pasaban por ahí también se quedarían mirando al infini­to, alelados, con cara de pasmados. ¡Pobrecitos! —pensó Jesús—, ¡Se han quedado helados! Tengo que hacer algo… Y por fin, decidió mandar unos ángeles medio bromistas: Hombres de Galilea, ¿qué hacéis mirando al cielo?
u Pídele a la Virgen que te quite lo pasmado y que te pongas hacer el bien… YA.
Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y con María la Madre de Jesús (Hch 1, 14).
Todas las despedidas son tristes. Con un nudo en la garganta, sin poder ni hablar, regresaron los discípulos al Cenáculo. Necesitaban consolarse y ¿quién consuela mejor que una madre? Jesús nos has dejado a su Santísima Madre, ¡somos también sus hijos! Hoy en la oración acudiré mucho a la Santísima Virgen. Hoy y siempre.
u Sigue pidiéndole a la Virgen que te haga apóstol.

Propósito: flores de apostolado

sábado, 16 de mayo de 2015

Gracias Dios, mío; Gracias

El Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado (Jn 16, 27).
Primera Comunión de aquella niña, llena de ilusión como tantos otros niños que en estos días también comulgaran por primera vez, que con feliz equivocación rezaba la Comunión Espiritual: Yo quisiera Señor, recibiros, con aquella pureza, humildad y EMOCIÓN, con que… Y yo ¿me sigo emocionando cada vez que comulgo? No es tanto el sentimiento sino el Amor que encuentro: el amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
u Pide a Jesús por los que hacen su Primera Comunión y los que ya llevamos años.
Salí del Padre y vine al mundo oído (Jn 16, 28).
Yo también te quiero dar gracias: gracias Jesús por quedarte, por poder recibirte, por comerte, por aguantarme, por esperarme, por perdonarme, por crearme, por redimirme, por consolarme, por mis papás, por mis abuelos, por mis hermanos, por el Papa Francisco, por mi colegio, por mis enfermedades, por mis…¿¡pecados!? Pues también, porque son la ocasión de arrepentirme y alcanzar tu perdón. Gracias Dios mío, gracias por tantas cosas, y por tu Madre.
u Jesús, gracias, gracias, gracias, muchas gracias y gracias. Sigue agradeciendo por tu cuenta.

Propósito: que cada comunión sea como la primera y la última.

viernes, 15 de mayo de 2015

Nadie os quitará vuestro gozo

Vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo (…) Os volveré a ver y se alegrará vuestro corazón, y na­die os quitará vuestro gozo (Jn 16, 20).
Jesús, el próximo domingo es la Ascensión ¡Cómo no vamos a estar un poco tristones si te nos vas! Estos días, sin quererlo, tienen un regusto amargo, de despedida. ¡Qué difícil es disimular con las personas que­ridas! Hacemos como que no pasa nada, pero se nota que las mira­das son más intensas y mantenidas, el tono de voz nos sale forzado y entrecortado. Jesús, te nos vas; te tienes que ir. Pero recuerda que nos has dado tu palabra: Os volveré a ver y se alegrará vuestro corazón. Mientras vuelves nos consolamos con tu Madre, viviendo muy bien el mes de mayo.
u ¿Qué tal te va el mes de Mayo? ¿Estoy ofreciéndole a la Virgen muchas flores?
En verdad, en verdad os digo: si algo pedís al Padre en mi nombre, os lo concederá (Jn 16, 23).
Jesús, voy comenzando a entender. Te vas para estar cerca del Padre y así intercedes por nosotros ¿Cómo no voy a estar contento? La feli­cidad en la tierra, la alegría no está en tener, llegar a ser, ganar más dinero…Como nos dice San Josemaría Lo que se necesita para con­seguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamo­rado (Surco 795).
u ¿Busco la felicidad sólo en lo material?

Propósito: preparar la despedida de la mano de la Virgen

jueves, 14 de mayo de 2015

San Matías. Alégrate, Reina del Cielo

Pedro se puso de pie en medio de los hermanos. Se habían reunido allí unas ciento veinte personas (Act 1, 15).
San Pedro tenía un problema, ¡un grave problema! Los Apóstoles em­pezaron a preocuparse. Pedro se paseaba nervioso por el Cenáculo, no comía, no dormía… La Virgen, que está en todo, consideraba por dentro: ¿Pero qué le pasará a este Pedrito? El caso era que tenían un sitio vacío, una vacante, entre los 12 Apóstoles: el de Judas ¡el que pinchó (como se dice en la Liga Española)! Había que sustituir a un traidor, y encontrar a alguien que sirviera y que quisiera… San Pedro necesitaba, urgentemente, un Apóstol de repuesto.
u Pide para que no pinche jamás ninguno de sus apóstoles.
Presentaron a dos: José, llamado Barsabás, por sobrenom­bre Justo, y a Matías (…) Echaron a suertes y la suerte recayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles (Act 1, 23-26).
Por un lado estaba José, -¡todo un personaje!-, por sobrenombre Justo, lleno de prestigio, con pedigrí y talento. Y por otro lado, un tal Matías, un desconocido, un don nadie. ¡Fíjate cómo hace Dios las co­sas! Después de orar, salió el que a los ojos humanos menos valía ¡Qué suerte has tenido, Matías! ¡Qué suerte si también Dios me elige a mí!
u Jesús necesita de otros Matías; apóstoles de repuesto, ¿cuenta contigo? Pídele a la Reina de los Apóstoles que te haga apóstol.

Propósito: No pinchar.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Nuestra Señora de Fátima. Y haremos morada en él

María guardaba todas estas cosas ponderándolas en su co­razón (Lc 2,19).
María, ¿pero, qué es lo que guardabas en tu corazón? Mi mamá se pasa la vida guardándolo todo en los armarios, por si alguna vez sirve. Nos lo aclara San Juan: El que me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él (Jn 14, 23). Por eso, María, eres Casa de Oro, Arca de la Alianza, Torre de Marfil, Templo de Dios. María guardas, al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. María, ayúdame a escuchar a Dios en mi oración, a guardar sus palabras para ser yo también Templo y morada de Dios.
u ¿Qué es lo que guardo en mi corazón?: futbolistas, canciones, rencores, recuerdos de pecados…
Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc 2,51).
Hoy también es un día para cantar a pleno pulmón (sin miedo a de­safinar) El 13 de mayo la Virgen María / bajó de los cielos a Cova de Iría./ Ave, Ave María. También un 13 de Mayo, en 1981 la Virgen María bajó del Cielo a la Plaza de San Pedro. Aquel día el Papa Juan Pablo II sufrió un grave atentado. Una mano disparó la pistola asesina, y otra, la de la Virgen, guió el proyectil salvando la vida al Papa. Por eso cuando don Álvaro del Portillo, gran amigo de Juan Pablo II, fue a visitarle al hospital le dijo: —Santo Padre creo que todo esto es una caricia de la Virgen. El Papa respondió —Yo también así lo creo.
u Canta, si quieres, lo del 13 de Mayo, hasta quedarte afónico.

Propósito: flores y canciones

martes, 12 de mayo de 2015

Beato Álvaro del Portillo

Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce (Jn 10, 13-14).
Jesús, hoy es la primera vez que la Iglesia conmemora como Beato a don Álvaro del Portillo. Cuando San Josemaría preguntó a Carmen del Portillo por chicos jóvenes, enseguida le habló orgullosa de su sobri­no Álvaro, estudiante de ingeniería, que desde pequeño le gustaba mucho el plátano pero don Álvaro le llama palatanos. Años después, cuando le conoció: —Ah! Tú eres el de los palatanos. He rezado du­rante años por ti. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías… Con el tiempo, el de los palatanos se convirtió en el hijo más fiel y además en el primer sucesor de San Josemaría en el Opus Dei.
u Habla con don Álvaro y pídele que te ayude a ser generoso y fiel como él.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; tam­bién a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor (Jn 10, 15-16).
Ésta es la oración a don Álvaro (rezala despacito):
Jesús, Tú que amaste al beato Álvaro: ayúdame a quererte mucho, como él te quiso a Ti, a la Virgen María y a san José.
Don Álvaro: Ayúdame a ser obediente a mis padres y profesores. Ayúdame a portarme bien con mis hermanos y mis amigos.
Ayúdame a estudiar mucho también cuando no tenga ganas, y a ser muy generoso con los demás.
u Pídele algo a don Álvaro

Propósito: sigue pidiendo. 

lunes, 11 de mayo de 2015

Ven, oh Espíritu Santo

Cuando venga el Paráclito que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, El dará testimonio de mí (Jn 15, 26).
Madre mía, estás llena del Espíritu Santo y ¡tanto tienes! que quieres rellenarnos también un poco a nosotros. Pienso en todos aquellos que reciben el sacramento de la Confirmación. Había un muchacho que se preguntaba: Y un burro como yo, ¿cambiará por recibir la Confirmación? ¿me servirá para algo? Y la respuesta la da Jesús: el Espíritu de la verdad (…) dará testimonio de mí. Como el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, así, un burro como yo, se transformará en Templo del Espíritu Santo.
u Sigue pidiendo por todos aquellos que van a recibir en este Año de la Fe el sacramento de la Confirmación.
Porque desde el principio estáis conmigo (Jn 15, 27).
Y el divino Huésped, el Espíritu Santo no vendrá de visita. Se encar­gará de decorar y hermosear el alma con valiosos regalos y dones: Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, temor de Dios. Y el Espíritu Santo le hablará del Amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre, y fortalecerá a esa alma para que sea soldado de Cristo.
u Anímate a concretar algunas flores de oraciones (jaculatorias) por todos los que recibirán el sacramento de la Confirmación.

Propósito: flores de oraciones a la Virgen

domingo, 10 de mayo de 2015

Jesús, quiero ver tu rostro

Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea completo (Jn 15,11).
Desde que te conocí, Jesús, me llamó la atención tu alegría conta­giosa. No es posible pensar en Ti y no ver tu sonrisa maravillosa. No he encontrado en el mundo nadie más alegre, simpático y divertido que Tú, Jesús mío. Como escribía de ti un niño: En la mirada de Jesús es como si hubiera un tranquilizante que te quita el agobio de lo que sea. Si algún día estoy tristón, de bajón, entonces buscaré el Sagrario más cercano, me pondré de rodillas y te diré: De aquí no me muevo hasta que me llenes de gozo. Entonces sentiré tu mirada, me reiré de mis tonterías y saldré feliz, flotando.
u Piensa a qué amigos puedes poner delante de Jesús, para que también a ellos les llene de su gozo.
Como el Padre me amó, así os he amado yo (Jn 15,9).
¿Y tu sonrisa? Jesús, ¿cómo es tu sonrisa? Tu sonrisa es franca, limpia, da paz, contagia alegría. ¿Para qué sirve algo tan feo como las orejas? Para tener, como Jesús, una Sonrisa de oreja a oreja. Yo me imagino, decía otra chico, una sonrisa de anuncio, una sonrisa de oreja a oreja, superalegre, con dientes más blancos que el azúcar. Jesús, pienso en Ti y me dan unas ganas locas de estar siempre contigo. Con el salmista diré: Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor; no me escondas tu rostro (Sal 26, 8-9).
u Termina imaginándote el rostro de Jesús.

Propósito: imaginación al poder.