martes, 26 de mayo de 2015

El ciento por uno y la vida eterna

Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido (…) Recibiréis ahora, en este tiempo cien veces más (…) y la Vida Eterna (Mc 10, 28.30).
Jesús, me has convencido. Creo que voy a invertirlo todo en ti, en Bonos del Tesoro, pero del Tesoro del Reino de los Cielos. Seguiré tu consejo: Amontonad tesoros no en la Tierra (…) Amontonad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroe, y donde los ladrones no socaban ni roban (Mt 6,19.20). Ahí no hay crisis econó­mica nunca. Jesús, amontonaré generosidad, buen humor, alegría, saber perdonar, estudiar, obedecer, sacar buenas notas, tener ami­gos, obras de misericordia, iniciativas para transformar la sociedad...
u ¿Voy llenando de cosas buenas mi cuenta corriente en el Bank of Heaven?
Porque donde está tu tesoro allí estará tu corazón (Mt 6,21).
¡Vale la pena! ¡Vaya si vale la pena! Me pasa, Jesús, que me emocio­no y entiendo todo muy bien, entiendo que vale la pena arriesgarlo todo por Ti. Pero, luego, me quedo sólo en las buenas intenciones, en buenos deseos pero hasta ahí. Estamos casi por terminar el mes de mayo, y le pido a la Santísima Virgen que mis acciones sean más largas que mis palabras, más largas que mis deseos. Madre mía, que se me grabe y lleve a la práctica que obras son amores y no buenas razones.
u Sigue platicando con María para concretar.

Propósito: Obras y no buenas intenciones.